Los 195 países firmantes del acuerdo de la Cumbre del Clima de París (COP21) se comprometen a rebajar sus emisiones de gases para limitar el calentamiento global a dos grados a finales de siglo. El acuerdo alcanzado no obliga legalmente a cumplir con el compromiso pero sí a realizar un seguimiento, comunicarlo y presentar revisiones cada cinco años.
«Un acuerdo difícil», según lo calificó el secretario general de Naciones Unidad, Ban-Ki Moon, que se alcanzó con un día de retraso a lo previsto. Finalmente, la Cumbre del Clima de París se convierte en la primera de la historia en la que todos los países participantes se han sumado a la lucha contra el calentamiento global. El texto definitivo entrará en vigor en 2020. Los países firmantes tienen hasta mayo de 2017 para ratificarlo y será efectivo cuando lo firmen al menos 55 países.
Las negociaciones estuvieron cargadas de tensión entre las grandes potencias y los países en vías de desarrollo. El acuerdo se fue descafeinando con el paso de los días hasta que todos los puntos “problemáticos” fueron eliminados. Ni legalmente vinculante, ni sanciones por incumplimiento, ni descarbonización, ni se incluyen las emisiones del transporte aéreo y marítimo. También quedaron fuera del texto los refugiados climáticos, la prohibición del fracking, y la calificación del cambio climático como cuestión de «derechos humanos» se relegó al preámbulo.
Las principales organizaciones ecologistas han destacado que la COP21 es un paso importante para combatir el cambio climático, pero el acuerdo adolece de la concreción y la ambición que la ciudadanía está reclama a los líderes políticos. La responsabilidad del cumplimiento del acuerdo queda en manos de loa países, que deben aumentar sus compromisos para reducir las emisiones. Todas coinciden en que el acuerdo debe ser fortalecido y las cuestiones que han quedado fuera han de abordarse lo antes posible.
Al igual que ocurre con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por la ONU a finales de septiembre, para que el acuerdo de la COP21 pueda cumplirse y se frene el cambio climático el conjunto de la sociedad, desde empresas y organizaciones hasta los ciudadanos, han de implicarse.
Patricia Pastor | ecoactiva