Tres años después de la visita de los organismos internacionales de conservación a Doñana (UNESCO, Ramsar y la UICN), las autoridades españolas tan sólo han puesto en marcha 2 de sus 18 recomendaciones para asegurar el futuro de nuestro humedal más emblemático.
España tampoco ha cumplido con las peticiones realizadas en 2013 por la UNESCO relativas a los problemas del Guadalquivir, la sobreexplotación del acuífero y los proyectos gasísticos. De hecho, WWF ha denunciado ante los organismos internacionales que las amenazas para Doñana no sólo no se reducen, sino que crecen por la desidia del Gobierno central y de la Junta de Andalucía.
En 2013, la UNESCO reclamó al Estado Español diversas actuaciones para contener las amenazas que sufre Doñana, un espacio Patrimonio de la Humanidad: principalmente la puesta en marcha del Plan de la Fresa y la supresión del dragado de profundización del Guadalquivir. Además, la resolución de la UNESCO mencionaba con preocupación cuestiones como el mal estado del acuífero o los planes de almacenamiento de gas.
El próximo 1 de febrero, España debe entregar un informe sobre la aplicación de los acuerdos de la UNESCO relativos a Doñana. Las exigencias del organismo no sólo no se han cumplido, sino que han crecido las amenazas para nuestro humedal más emblemático, según una evaluación realizada por WWF y enviada a la UNESCO, a la UICN y a la Secretaría del Convenio Ramsar.
En su evaluación, WWF señala que el futuro del Espacio Natural de Doñana sigue en riesgo por la inacción y la falta de coordinación entre las administraciones competentes. “Cuestiones clave como el mal estado del Estuario, el dragado de profundización del Guadalquivir, el robo del agua o la sobreexplotación del acuífero de Doñana siguen sin resolverse por la desidia del Gobierno y de la Junta”, ha asegurado el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo. “Un año después la situación de Doñana es la misma, ni el Gobierno ni la Junta han cumplido con las recomendaciones y acuerdos de los organismos internacionales.”
Las dos actuaciones cuya puesta en marcha urgente reclamó en 2013 la UNESCO al Estado español siguen enquistadas. El llamado “Plan de la Fresa”, que debería acabar con el actual caos de los cultivos de regadío en la corona forestal de Doñana, lleva 6 años tramitándose y aún no hay fecha para su aprobación. La última versión presentada por la Junta amnistía el uso ilegal del agua y del suelo y no soluciona los problemas ambientales que preocupan a los organismos internacionales.
En cuanto al dragado de profundización, los planes de la Autoridad Portuaria de Sevilla amenazan con dar el golpe de gracia al Estuario del Guadalquivir. Tres años después de la elaboración del Dictamen Científico sobre el Guadalquivir, ninguna de las administraciones competentes se ha atrevido a paralizar definitivamente este dañino proyecto, dilatando la decisión y pasándose la responsabilidad de una a otra. Tampoco se ha hecho nada para poner en marcha las actuaciones que los científicos calificaron como urgentes e imprescindibles para recuperar el río y asegurar su conservación a largo plazo.
En la evaluación que ha remitido a UNESCO, UICN y Ramsar, WWF también analiza la implementación de las 18 recomendaciones del informe de los organismos internacionales de 2011. Sólo 2 de ellas pueden considerarse completas o en buen progreso (oleoducto Balboa y proyecto Doñana 2005); en 8 de ellas se han producido algunos avances, pero todavía insuficientes; y en 8 los progresos son insignificantes o se están desarrollando acciones contrarias a las recomendaciones.
Además, WWF ha denunciado ante los organismos internacionales los nuevos frentes abiertos en el último año que se suman a las amenazas ya existentes: el peligroso proyecto de Gas Natural de usar el subsuelo de Doñana para el almacenamiento de hidrocarburos, la modernización del arrozal, la reapertura de las minas de Aznalcóllar, y la creación de nuevas infraestructuras como el trasvase del Condado o los nuevos embalses.
“Gobierno central y Junta de Andalucía deben comenzar a colaborar estrechamente para defender Doñana de tantos despropósitos, sin retrasar más los planes y las actuaciones vitales que requiere la conservación de este espacio protegido internacionalmente. Doñana no es sólo patrimonio de los andaluces o de los españoles, es Patrimonio de la Humanidad, y fuera de nuestras fronteras se vigila con atención cómo tratamos al humedal más importante de Europa”, ha concluido Juan Carlos del Olmo.