20 organizaciones de la sociedad civil presentan 11 propuestas para un cambio de modelo en la gestión de residuos de cara a las próximas elecciones autonómicas y municipales. Esta gestión supone la partida más alta dentro de los presupuestos municipales, y la incorporación de nuevas medidas minimizaría los costes y generaría empleo.
Los ayuntamientos se gastan casi el 15% de su presupuesto en la limpieza de las vías públicas y la gestión de residuos, lo que representa la mayor partida municipal. Sin embargo, de cada 10 toneladas de residuos/recursos, siete toneladas acaban enterrándose en vertederos o incinerándose y sólo tres se reciclan o compostan.
Una veintena de organizaciones de la sociedad civil de diferentes sectores -recicladores, consumidores, sindicatos y ecologistas- quieren poner el acento en la gestión de residuos antes y después de la campaña para las próximas elecciones autonómicas del 24 de mayo. Por este motivo, presentan una propuesta con once medidas concretas para alcanzar los objetivos europeos, reducir ostensiblemente el gasto municipal en gestión y tratamiento de residuos y generar empleo verde en el marco de una economía circular [1].
Las decisiones que tomen los partidos elegidos en la gestión de los residuos municipales marcará y hará clave esta legislatura. Recoger y tratar los residuos municipales significa aproximadamente entre un 10% y un 15% de los presupuestos de cada ayuntamiento, convirtiéndose así en la partida más costosa para los entes locales. Además, los ayuntamientos tienen el reto de cumplir los objetivos europeos, alcanzar en 2020 el 50% de reciclaje de todos los residuos municipales, tal y como se estableció en Bruselas. Sin embargo, España todavía está muy lejos de este horizonte; los últimos datos de Eurostat indican que se entierran o queman el 70% de todos los residuos municipales, lo que supone el desperdicio de materiales valiosos cada vez más escasos en la naturaleza y un enorme impacto ambiental. La ampliación de la incineración y la quema de residuos en cementeras no son una respuesta correcta para la gestión sostenible de los residuos y, menos aún, sin el conocimiento y consentimiento de la ciudadanía.
La propuesta conjunta ofrece once medidas concretas para avanzar hacia una gestión de residuos más sostenible y eficaz, emplazando a las nuevas autoridades a un cambio de modelo. Entre estas medidas, destacan:
– Elaboración de planes de prevención de residuos municipales con medidas concretas y obligatorias y presupuestos adecuados.
– Fomento de la reutilización y preparación para la reutilización, estableciendo objetivos específicos.
– Obligatoriedad de la recogida selectiva de la materia orgánica, que representa el 40% aproximadamente de la bolsa de basura, para su correcto compostaje.
– Campañas y medios para concienciar a la ciudadanía a separar los residuos urbanos.
– Apoyo y promoción de la obligatoriedad a nivel autonómico y/o estatal de sistemas de Depósito y Retorno para envases de bebidas.
– Aplicación de la fiscalidad ambiental disuasoria: impuestos por vertido e incineración y pago por generación de residuos.
La sociedad civil más informada y concienciada tiene claro qué camino tomar para convertir la gestión de residuos en una gestión de recursos municipales. Los partidos políticos, ante las próximas elecciones municipales y autonómicas, deben responder a esta demanda de qué hacer con las basuras.
Alodia Pérez | Amigos de la Tierra