Hoy, 22 de septiembre, se celebra el Día Internacional Sin Coches cuyo lema este año es: “Elige. Cambia. Combina tu movilidad”. Se trata de una iniciativa reivindicativa que pone fin a la Semana Europea de la Movilidad (SEM). Una jornada para la autoreflexión cargada de buenas intenciones y simbolismo. Pero, ¿puede un día sin vehículos a motor mejorar los niveles de contaminación atmosférica y acústica de nuestros pueblos y ciudades?
La mala calidad del aire de nuestras localidades se debe, en gran medida, a la contaminación generada por el tráfico. En la actualidad se calcula que más de 3 millones de personas mueren al año en todo el mundo (la mayoría en Asia) por problemas derivados de la contaminación atmosférica, y la cifra podría alcanzar los 7 millones a partir de 2050. Además de los problemas de salud derivados, la contaminación atmosférica producida por los vehículos a motor supone un serio problema medioambiental.
Ya sea por motivos de salud o por conciencia medioambiental, coger la bicicleta, ir a pie, compartir vehículo o utilizar el transporte público no deberían ser acciones puntuales o simbólicas, sino que deberían formar parte de nuestra rutina diaria. No se trata de prohibir el uso del coche u otros vehículos a motor, sino de racionalizar su uso. Si vas a desplazarte dentro de tu localidad, ¿por qué no das un paseo y redescubres la ciudad? Si tu lugar de trabajo queda cerca de casa, ¿por qué no aprovechas para ir en bici y hacer un poco de ejercicio? Si no te queda otro remedio que coger el coche o la moto, ¿por qué no apuestas por vehículos a motor menos contaminantes?
¿Por qué no cambiamos el estrés y el ruido de los atascos por bocanadas de aire limpio?