No es la primera vez que las Naciones Unidas plantean una agenda de actuación con la que intentar mitigar las desigualdades existentes en el mundo. En 2015 tocaba evaluar el grado de cumplimiento de los Objetivos del Milenio (ODM). Si bien se han observado mejorar significativas en ámbitos como la erradicación de la pobreza, todavía queda mucho trabajo por hacer en ésta y otras áreas. Con el fin de seguir avanzando para conseguir un mundo mejor, a finales de septiembre la Asamblea de las Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 en la que se recogen 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), concretados 169 metas de ámbito económico, social y ambiental.
De los Objetivos del Milenio a los Objetivos de Desarrollo Sostenible
La Asamblea número 55 de Naciones Unidas aprobó en 2000 la Declaración del Milenio en la que se establecían 8 compromisos que debían alcanzarse en 2015. Los conocidos como Objetivos del Milenio (ODM) abarcaban la erradicación de la pobreza, el fomento de la igualdad, la mejora de los niveles de educación y salud, la defensa de la infancia, el respeto por el medio ambiente y la creación de alianzas entre países.
Mucho se ha avanzado en los últimos quince años, pero la mayoría de los ODM no se ha alcanzado en su totalidad. Como todavía quedba mucho por hacer, se hacía necesario replantear y ampliar los objetivos para los próximos tres lustros. Había que ser más ambiciosos, pero también más concretos. De esa premisa nacen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
¿Son realistas los ODS?
Los ODS no dejan de ser una declaración de intenciones de los países. La Agenda 2030 ni recoge ni obliga al cumplimiento de medidas concretas par ala consecución de los objetivos.Lo mismo ocurría con los ODM y, sin embargo, se han conseguido avances significativos en materia de reducción de la pobreza. Un dato esperanzador: los índices de pobreza extrema se han reducido a la mitad desde 1990.
Todavía hay espacio para la esperanza. Sobre todo por la globalidad de la propuesta que incluye a gobiernos, empresas privadas, sociedad civil y el conjunto de la sociedad como agentes necesarios para el cumplimiento de los objetivos. Especial importancia tiene la inclusión del sector privado como agente del cambio.
Según la encuesta “Make it your business: Engaging with the Sustainable Development Goals” realizada por PwC, a pesar de que el conocimiento de los ODS entre los directivos y ciudadanos españoles es inferior a la media europea, el 89% de las empresas españolas están comprometidas con los 17 objetivos establecido por la ONU. Es decir, aunque los desconozcan, realizan acciones dentro de su organización para conseguir su cumplimiento.
En la implicación del sector privado puede estar la clave para que los ODS sean realistas y puedan llegar a ser una realidad en 2030. Una forma eficaz de conseguir la consecución de los objetivos puede ser presentarlos como oportunidades de negocio a nivel global y así lograr que la sostenibilidad deje de estar relegada a las RSC de las empresas y que sea su razón de ser. Si se consigue que las empresas integren entre sus objetivos las metas propuestas por la ONU, es muy probable que en 2030 se vean avances significativos en cada uno de los objetivos propuestos.
La implicación de las empresas es, por tanto, imprescindible para el éxito de los ODS.
Patricia Pastor | ecoactiva