En torno a 150 parejas de esta especie de origen subsahariano crían en ya más de diez provincias españolas. Las aves son un excelente indicador del impacto del calentamiento global en un país tan sensible a la desertización como es España.
En los últimos 45 años, la temperatura media en España ha subido unos 2,8 grados centígrados. El calentamiento global se nota en el termómetro pero también en el tipo de aves que viajan hasta España para reproducirse en época estival. Uno de estos nuevos visitantes es el vencejo cafre, un ave de origen subsahariano que lentamente va colonizando el territorio español. Al menos 150 parejas de esta especie se han animado a cruzar el Estrecho para pasar unos meses en la cada vez más cálida España, un excelente indicador del impacto del calentamiento global en un país tan sensible a la desertización.
Las 150 parejas de la especie que crían en España, según las estimaciones de la ONG ambiental, ocupan fundamentalmente el suroeste del país y se distribuyen en ya más de diez provincias. Su ritmo de expansión parece firme: ya hay registros en puntos tan alejados como Madrid o Salamanca. Fue en 1964 cuando se avistó por primera vez un vencejo cafre en nuestro país y dos años más tarde se verificó la primera cría.
Uno más en la lista
El vencejo cafre se suma a la lista de aves que han dado el salto desde África a la otra orilla del Mediterráneo. El bulbul naranjero, el ratonero moro o el vencejo moro son otros casos que atestiguan cómo las aves se adaptan al aumento de las temperaturas en todo el planeta.
Al tiempo, unas temperaturas cada vez más cálidas han provocado que algunas especies acostumbradas a ambientes más fríos opten por puntos más al norte: la organización ambiental ha observado cómo especies como el porrón moñudo, un habitual de los humedales españoles en invierno, presenta una tendencia negativa ¿La razón? Los inviernos en el centro y norte de Europa son más soportables que hace algunos años y estas anátidas ya no tienen que realizar migraciones para buscar inviernos más benignos.
Yolanda – Ecoactiva
Fuente: SEO/BirdLife