Cientos de peces muertos han aparecido en las aguas del río Henares a su paso por la localidad de Alcalá de Henares. Al mismo tiempo, el fuerte olor a disolvente en las aguas hacen sospechar que parte del vertido procedente del incendio de la planta de residuos de Chiloeches llegó al río Henares.
Junto al problema ambiental sobre los efectos de los contaminantes sobre el medio fluvial hay que tener en cuenta el problema sanitario, ya que cientos de hectáreas son regadas con aguas procedentes del río.
Las evidencias de los centenares de peces que se amontonan en las orillas del río Henares, junto al fuerte olor a disolvente y junto al aspecto del arroyo de Chiloeches aguas debajo de los diques, hacen sospechar que parte de los vertidos de la planta de residuos incendiada sí llegaron al río Henares. Este hecho contradice las informaciones oficiales ofrecidas la Junta de Castilla-La Mancha y la Unidad Militar de Emergencias (UME) para quienes “los parámetros son absolutamente normales” y la causa de la mortandad de peces se debe a causas naturales.
Es asimismo llamativo que operarios de la UME hayan instalado barreras en el mismo río Henares a la altura de Chiloeches, al tiempo que dicen que los contaminantes no han llegado al río.
Miembros de estas organizaciones ecologistas han podido comprobar que no existe un crecimiento anormal de algas en el río que indique un gasto anormal de oxígeno. El tipo de sustancias almacenadas en la planta de Chiloeches (pinturas y disolventes) inciden en el intercambio de oxígeno y contribuyen a que se reduzca su concentración en el agua.
Al igual que viene sucediendo con la información sobre la calidad del aire, desde las Administraciones responsables se están dando mensajes tranquilizadores que no corresponden con la realidad y la falta de información es, cuanto menos, inquietante. De hecho, llama la atención que el principal responsable del control de la calidad de las aguas, la Confederación Hidrográfica del Tajo, no haya procedido a realizar por sí misma análisis de calidad del Henares en distintos tramos del río. Es además impresentable que actualmente desde la página web de la Confederación no se ofrezcan ninguna comunicación sobre el caso.
Una de las principales preocupaciones, al margen del problema ambiental evidente, son los efectos para salud pública que puedan generarse. Actualmente se utilizan las aguas del río Henares para el riego de cientos de hectáreas de cultivos en la vega. Este hecho puede ser mucho peor si los contaminantes llegaran al Jarama donde se encuentra la mayor zona de cultivos de regadío de toda la Región.
Yolanda – Ecoactiva
Fuente: Ecologistas en acción