Barcelona es la ciudad de Europa con más densidad de vehículos por kilómetro cuadrado. Esto hace que tenga el doble de polución que capitales como París o Londres.
La campaña ‘Menos coches, más salud’, en la que participa Ecologistas en Acción, pretende implicar a la ciudadanía para que el gobierno de la ciudad dé el paso definitivo y se sume a los grandes municipios de Europa que están liderando la batalla contra la contaminación.
El 95% de la población de la ciudad de Barcelona está expuestaa unos índices anuales de contaminación del aire superiores a los niveles de protección de la salud. Para conseguir no sobrepasar los niveles legales hay que reducir un 30% el tránsito privado, según estableció el Plan de Movilidad Urbana de Barcelona (PMU) 2013-201.
El objetivo de la campaña ‘Menos coches, más salud’ es interpelar directamente al Ayuntamiento de Barcelona, a través de la implicación ciudadana, para que se apliquen con urgencia medidas efectivas de reducción del tráfico privado como están haciendo más de 230 ciudades europeas con resultados satisfactorios. Esta iniciativa se dirige a Ada Colau, alcaldesa de Barcelona y Presidenta del Área Metropolitana, pero también apela el resto de instituciones y a la ciudadanía en general. Se pide la corresponsabilidad a los grupos políticos del gobierno y de la oposición, así como de la Generalitat, para poner solución a un grave problema de salud pública.
Las ciudades europeas que encabezan la lucha contra la contaminación han demostrado que no basta con tener un buen transporte público. Hay que restringir la circulación de los vehículos privados aplicando un peaje de congestión y limitando el acceso a los más contaminantes, especialmente los diésel, con excepciones como pueden ser las personas con movilidad reducida, los transportistas o servicios colectivos como el taxi y los autobuses. Para potenciar los modos más sostenibles en superficie (autobús, tranvía, bicicleta y servicios colectivos) se necesita utilizar el espacio público que actualmente ocupa el coche (60-70% contando los carriles de circulación y aparcamientos). La campaña explica estas medidas, la condiciones que reúne Barcelona para aplicarlas y trata de aclarar las confusiones generadas por las falsas soluciones que se han aplicado durante los últimos años.
La Plataforma per la Qualitat de l’Aire, de la que forma parte Ecologistas en Acción, considera que tanto el gobierno municipal del Ayuntamiento de Barcelona como el del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) han apostado por afrontar el problema, ponerlo en la agenda política y sensibilizar a la población. Pero el problema sigue vigente: urge poner el foco en las medidas de restricción permanente del tráfico que se han anunciado para 2020.
La población no puede esperar al 2020 para que se apliquen medidas eficaces. Se trata del principal problema de salud pública de la ciudad, que causa 3.500 muertes prematuras anuales en el Área Metropolitana de Barcelona y numerosas enfermedades respiratorias, cardiovasculares, neurológicas y varios tipos de cáncer.
La plataforma ve injustificado este retraso cuando el sistema y equipamiento para adoptar las medidas previstas estará operativo en diciembre para actuar si se declaran episodios. La Comisión Europea ha dado un ultimátum por incumplimiento de los niveles legales desde el año 2010 y el problema de Barcelona no es de episodios puntuales (en los últimos dos años no se ha declarado ninguno), recuerdan. Otra de las medidas que propone la campaña es la aplicación de un peaje de congestión (o de «toxicidad», como se denomina ahora en Londres), más fácil de implementar y con rápidos resultados en la reducción del tráfico y la mejora del transporte público. En ocho ciudades europeas se aplican ambas medidas.
Barcelona está preparada. La contaminación del aire preocupa a más del 80% de la población barcelonesa y el 70% está de acuerdo en aplicar restricciones al tráfico, según el último barómetro del consistorio. La gente está concienciada pero hace falta la acción política. Tal y como ocurrió con la Ley Antitabaco, son medidas que pueden parecer poco populares pero que, una vez aplicadas, van ganando aceptación social al comprobar los beneficios para el conjunto de la sociedad.
Se espera que si Barcelona da el paso se sumen otras ciudades, por lo que la campaña también pide el apoyo a la ciudadanía que vive fuera de Cataluña.
María García | Ecologistas en Acción