Los productos para el cuidado de la menstruación han progresado mucho a lo largo de los años con el objetivo de minimizar molestias: compresas, salvaslips, tampones… Sin embargo, el uso de esta amplia gama de productos conlleva una serie de problemas, no solo para la higiene íntima, sino también para el cuidado del medio ambiente.
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, que se celebra el próximo 16 de septiembre, Intimina, compañía que ofrece la primera y única gama de productos dedicada a cuidar los aspectos de la salud íntima femenina, explica los beneficios de la copa menstrual para el cuidado de la mujer y del entorno y los efectos negativos de usar compresas y tampones.
- La mayoría de los tampones están elaborados con una combinación de algodón y rayón (un material sintético de la pulpa de madera), y de determinados plásticos y aditivos con químicos y pesticidas. Además de poder causar problemas a las mujeres, como el Síndrome del Shock Tóxico (SST), también generan efectos nocivos en el planeta al ser desechados sin control. A diferencia de estos productos, las copas menstruales como las Lily Cups, de Intimina son hipoalergénicas, fabricadas en silicona de grado médico (sin químicos dañinos o fibras), se introducen en la vagina como un tampón y pueden llevarse hasta 12 horas. No absorben, sino que recogen el flujo menstrual y protegen el equilibrio íntimo. Además, no contienen ningún elemento nocivo y son reutilizables, por lo que se convierten en la opción más segura para la mujer y sostenible para el medio ambiente.
- Una mujer utilizará 11.000 productos desechables para el periodo a lo largo de su vida, y la mayoría de esas piezas de algodón y plástico acabarán en el vertedero. Si se suma todos los productos que usa una mujer a lo largo de un año, se desechan 20 mil millones al vertedero. Pero, ¿cuánto tardan en desaparecer estos residuos?
- Los tampones tardan en biodegradarse seis meses.
- Los aplicadores de plástico tardan cientos de años en biodegradarse.
- Las compresas, hechas en 90% de material plástico, tardan 300 años en desaparecer.
Los expertos de Intimina han creado la Calculadora de residuos del periodo para mostrar el impacto ecológico que causan ciertos métodos de protección para el periodo, y la enorme diferencia que supone el cambiarse a una opción más sostenible. Por ejemplo, una mujer de 23 años desechará, hasta la edad media de la menopausia, 99 kg en productos para el periodo.
“Además de las compresas y tampones, también se desechan los envoltorios de plástico, las cajas de cartón o el film protector que los cubre. Es una cantidad ingente de basura que se puede evitar fácilmente utilizando la copa menstrual”, aseguran los expertos de Intimina.
- Con una copa menstrual se reduce la compra de productos para el periodo a una vez al año y se ahorra una media del 75% de lo que se suele gastar en el cuidado del periodo.
“Las copas menstruales son la alternativa perfecta a los productos convencionales”, afirman los expertos. “Es importante que la sociedad adquiera un consumo responsable y se reduzca nuestra huella ecológica”, han concluido.
Patricia Moraleda