- La nueva parada del reactor de la central nuclear de Cofrentes (Valencia) se debe, según Ecologistas en Acción, a las malas prácticas de los propietarios de la central durante la recarga.
- La causa de la avería ha sido una fuga de los accionadores hidráulicos de las barras de control, fundamentales para el control de la reacción nuclear.
La central nuclear de Cofrentes se ha visto obligada a parar solo 25 días después de que se volviera a poner en marcha. La anterior parada nuclear precisó de dos meses para reparaciones por la rotura de una de las válvulas del sistema de refrigeración. El pasado 5 de enero Cofrentes tuvo que volver a interrumpir la puesta en marcha del rector nuclear por una fuga en el sistema hidráulico de los accionadores de las barras de control. La función de este sistema es introducir dentro del núcleo del reactor los componentes necesarios para frenar, o parar si fuese necesario, la reacción nuclear. Estas barras de control absorben el flujo de neutrones y paran así la reacción en cadena entre los átomos de uranio que se fisionan cuando un reactor esta produciendo electricidad. Pesan varias toneladas cada una y se introducen en los reactores de agua en ebullición (BWR) desde abajo mediante dispositivos hidráulicos, a diferencia de los reactores de agua a presión (PWR) en los que son introducidas desde arriba, y por tanto pueden bajarse por su propio peso en caso de emergencia y de falta de alimentación eléctrica.
Los operadores de la central calificaron de “programada” esta nueva parada para disimular la gravedad del problema. Cuando se descubre la fuga de los accionadores de las barras de control, los propietarios de la central comunicaron al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) su intención de paralizar Cofrentes en 48 horas para realizar tareas de mantenimiento.
Estas fugas se han producido porque no se apretaron correctamente los tornillos de cierre de los accionadores durante la anterior parada para recarga. Se aplicó un par de apriete erróneo en las operaciones de mantenimiento, dando muestras de un erróneo control de calidad en las operaciones que se realizan en Cofrentes. Esta avería se suma a la rotura de una de las válvulas del sistema de refrigeración del núcleo que se produjo por la imprudencia de los propietarios que se empeñaron en poner en marcha la central, a pesar de que había pruebas de que la válvula funcionaba mal. Los caudales a través de dos válvulas idénticas eran diferentes. La reparación de esta válvula alargó la parada de la central. Finalmente, Cofrentes volvió a entrar en funcionamiento el pasado 10 de diciembre sin que quedara clara la causa del fallo de la válvula.
Cofrentes tiene un historial de problemas con estos elevadores hidráulicos. En 2007 la central tuvo que sustituir, en varias fases, todos estos sistemas hidráulicos por un problema de corrosión, que se calificó como de origen desconocido y del que nunca se dio cumplida explicación pública. Una operación que solo se ha llevado a cabo en el reactor de Cofrentes entre todos los del mundo, y que no estaba contemplada en el diseño de este reactor.
Por todo ello, Ecologistas en Acción, el Movimiento Ibérico Antinuclear y la plataforma Tanquem Cofrents exigen que se abra un expediente a los propietarios de la central por una deficiente cultura de seguridad que ha motivado dos graves averías en esta última parada. Esta reiteración de fallos y problemas gestionados a destiempo y la falta de rigor del CSN a la hora de exigir unos mínimos parámetros de control ponen en peligro la seguridad de una instalación tan peligrosa como la de Cofrentes.
Esta acumulación de averías e incidentes vuelve a demostrar que las instalaciones del parque nuclear español están envejecidas y deterioradas. Cofrentes debe cerrarse definitivamente al final del actual permiso de explotación o cuando las condiciones de falta de seguridad lo impongan.
Francisco Castejón | Ecologistas en Acción