- El acuerdo sobre eficiencia energética permite el despilfarro y hace oídos sordos a la pobreza energética.
- Tras un año y medio de negociación, los representantes europeos no han logrado dar la talla ante su responsabilidad climática.
Ayer, 19 de junio, tenía lugar la última sesión de negociaciones del trílogo europeo sobre la nueva Directiva de eficiencia energética y del Reglamento de Gobernanza. Al final de la última sesión de negociación, los representantes del Consejo, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea han logrado acordar un objetivo común, y establecer las provisiones de la nueva Directiva de eficiencia energética para 2030.
Los principales puntos acordados en la sesión de ayer por la tarde fueron los siguientes:
– Un objetivo europeo del 32,5% de eficiencia energética para 2030. Un objetivo que no es legalmente vinculante para los Estados miembro.
– Un ahorro anual de 0.8%. En este caso vinculante, pero a todas luces insuficiente.
Amigos de la Tierra abogaba por un objetivo del 40% para 2030, por lo que considera el acordado como muy insuficiente. Pero además, la decisión de suprimir el carácter vinculante del objetivo principal disuade a los países de la UE de hacer los esfuerzos necesarios en la dirección requerida para descarbonizar la economía y tomar medidas frente al cambio climático.
El acuerdo obvia cualquier acción conjunta y vinculante desde la UE para poner fin a la grave situación de pobreza energética a la que se enfrentan millones de personas en Europa, y deja las medidas voluntarias en manos de los Estado miembro.
Héctor de Prado, responsable de clima y energía de Amigos de la Tierra valora «muy negativamente el resultado de la negociación. En un momento en el que cada kilovatio hora ahorrado suma en la lucha climática, las instituciones europeas, y muy especialmente los Estados miembro, han optado por un acuerdo de mínimos que no les obliga legalmente a hacer los esfuerzos que el planeta precisa. Eso lanza al mundo una señal muy poco alentadora cuando estamos a unos meses vista de la Cumbre del Clima de Katowice, Polonia”.
El derroche energético de los edificios es de 97,5% de media, una situación que se reproduce de manera endémica por toda Europa. Por otro lado, las personas en riesgo de pobreza energética no dejan de aumentar año tras año. Por este motivo, la asociación ecologista no entiende la apuesta por el despilfarro cuando la eficiencia energética debería estar en lo más alto de la lista de prioridades.
En cuanto al nuevo reglamento de Gobernanza, orientado a garantizar la coherencia, la cooperación y la estabilidad de las políticas a largo plazo en el sector climático y energético entre los Estados miembro, se ha quedado en un objetivo de 0 emisiones para Europa “lo antes posible”, debido al Consejo y la Comisión, sin concretar una fecha determinada tal y como se promovía desde el Parlamento Europeo.
De este modo, y según lo acordado ayer de madrugada, la Comisión deberá presentar una propuesta antes del 1 de abril del año que viene que sirva para diseñar una estrategia que alinee a Europa con el Acuerdo de París. Amigos de la Tierra valora como punto más relevante la obligación por parte de cada uno de los Estados miembro de elaborar y presentar un plan nacional de clima y energía para 2030 a lo largo de este año, y para diciembre de 2019, elaborar y presentar un segundo plan, en este caso con horizonte 2050.
Así, entre la semana pasada y esta, se han dado por finalizadas las negociaciones de tres directivas cruciales del Paquete de Energía Limpia para todos los Europeos. Amigos de la Tierra considera que, si bien la semana pasada se dieron algunos pasos en la buena dirección, esta semana el Consejo y la Comisión han permitido que Europa pierda otra oportunidad de hacer sus deberes energéticos y asumir sus responsabilidades climáticas.
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Teresa Rodríguez Pierrard