- En el año 2015 estaban censados 27.000 ejemplares de cotorras en todo el país, con un ritmo de crecimiento que puede llegar a dispararse hasta el 15% en algunas zonas.
- Ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla son algunos de los núcleos urbanos más afectados,
- La proliferación de esta especie puede suponer la transmisión de enfermedades y la extinción de determinadas especies, además de acarrear graves problemas de salubridad en las ciudades.
No pasan desapercibidas. Las cotorras argentinas son una estridente especie invasora con una vertiginosa capacidad reproductora que está tiñendo de verde los parques y jardines españoles.
Según el único censo existente realizado por la ONG SEO BirdLife, la Sociedad Española de Ornitología, en el año 2015 la población de este tipo de ave ascendía hasta los 27.000 ejemplares, estando la mayoría de ellos distribuidos en ciudades y territorios de climatología cálida. Regiones como Madrid -dónde se calcula habitan casi la mitad de todas las que hay-, así como Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Málaga, Cádiz o Santa Cruz de Tenerife son algunas de las zonas más afectadas.
La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental reclama medidas urgentes que contribuyan a controlar esta especie, potencial transmisor de enfermedades como la psitacosis o la gripe aviar. “Es importante que se ataje este problema por parte de las administraciones”, demanda Milagros Fernández de Lezeta, directora general de ANECPLA. “De lo contrario”, alerta, “la situación puede llegar a agravarse considerablemente. Hay que tener en cuenta que esta ave tropical pone una media de entre 5 y 6 huevos al año, lo que resultaría suficiente para acarrear un incremento exponencial de las colonias con hasta 20.000 ejemplares más cada año”.
Consecuencias para la salud y la higiene ambientalLas cotorras están consideradas una especie invasora que origina importantes daños a su alrededor cuando no están controladas. Este tipo de ave puede ser transmisora de diferentes enfermedades tanto para la fauna, como para el ser humano. Entre ellas, por ejemplo, la psitacosis, una dolencia con síntomas similares a los de la neumonía.
Además, en los últimos años, se ha detectado un descenso considerable de otro tipo de especies autóctonas a medida que la población de cotorras ha ido en aumento. Eso es así porque este tipo de pájaro supone una competencia directa para otros a la hora de buscar el alimento. Las colonias de gorriones, por ejemplo, han decrecido en torno a un 7% de media en toda España ya que la superioridad física, de volumen, fuerza y resistencia de vuelto de las cotorras es considerablemente superior.
Por último, resulta importante destacar que la presencia masiva de estos ejemplares provoca mucho ruido -por su canto constante y ensordecedor-, así como suciedad alrededor de sus nidos. Esto puede llegar a traer graves problema de salubridad, higiene y sanidad ambiental en las ciudades más afectadas.
Causas del crecimiento sin control
Aunque no se puede determinar con exactitud las causas del crecimiento tan elevado de esta especie en las ciudades, ANECPLA apunta a su capacidad de súper adaptación y a una combinación de factores como las principales hipótesis. Por un lado, la facilidad cada vez mayor para las cotorras de alimentarse en los casos urbanos o núcleos poblaciones y, por otro, la ausencia real de depredadores a los que estas puedan enfrentarse constituyen otros dos buenos motivos que potencian su fortaleza.
Esto, sumado al cada vez mayor abandono registrado de ejemplares por parte de particulares que los adquieren como mascotas en primera instancia y que se acaban cansando de ellos por sus constantes cánticos, puede haber influido de forma determinante en el crecimiento sin control de una especie que, además, es especialmente longeva pudiendo llegar a vivir hasta más de dos décadas.
ANECPLA reclama medidas preventivas y de control
Por todo ello, ANECPLA insta y hace un llamamiento para que la Administración en general adopte medidas de control profesional y permanentes en el tiempo que pongan fin al constante aumento de esta especie invasora.
El control y la retirada de huevos en la época de anidación (sobre todo durante el invierno), así como la captura y reducción del número de ejemplares adultos, son algunas de las medidas directas que se recomiendan desde ANECPLA.
La Asociación subraya, además, que sólo con la intervención de empresas de control de plagas y sanidad ambiental especializadas en aves, que cuentan con los medios técnicos necesarios y con profesionales debidamente formados e informados, se puede alcanzar una gestión sostenible de esta situación.