- Ecologistas en Acción felicita a la administración por el operativo que se ha saldado con el descubrimiento de una red que movía millones de euros en atún rojo ilegal.
- Además de la pesca ilegal, la gestión del atún rojo necesita cambios para asegurar su futuro sostenible, evitando la sobrepesca y las prácticas que generan muchos descartes, y asegurando un reparto de cuotas más transparente y justo.
Esta semana se han conocido los detalles de una importante operación policial contra la pesca ilegal de atún rojo. Desde Ecologistas en Acción se felicita a la administración por el operativo de estos últimos meses que se ha saldado con un total de 79 personas detenidas y el descubrimiento de una red que movía millones de euros en atún rojo ilegal. Dicha red se amparaba en el negocio legal que manejaba de forma paralela, ligado a las jaulas de engorde.
El atún rojo es una especie emblemática que lleva asociada a nuestras comunidades costeras miles de años. Durante todo ese tiempo ha sido fuente de alimento, bienestar y cultura. Sin embargo, en las últimas décadas, la sobrepesca de esta especie, tanto legal como ilegal, motivada por el gran negocio que genera y por el pensamiento de considerarla como un recurso inagotable, llevaron al borde del colapso a la pesquería.
Por este motivo se tomaron medidas drásticas con grandes recortes en las cuotas y una mayor persecución de la pesca ilegal. Dichas medidas han tenido su efecto y las poblaciones de atún rojo se están recuperando. «Aún así, parece que no somos capaces de aprender de los errores del pasado y en 2017 el organismo encargado de establecer las cuotas de pesca, el ICCAT, decidió aumentar de forma drástica la cantidad de atún rojo que se podría pescar entre 2018 y 2020», ha explicado Eneko Aierbe, portavoz de Ecologistas en Acción. «De esta manera se ha saltado el principio de precaución y ha confiado en una recuperación que, aunque parece evidente, su alcance no ha podido ser comprobado completamente ni evaluado a medio plazo».
Las tramas de pesca ilegal similares a las de esta semana parecen haber tenido un repunte con el aumento de la población de atún rojo, al amparo de ese negocio millonario. Es conocido el hecho de que muchos atunes son descartados al morir en el transporte desde el punto de pesca hasta las jaulas de engorde, de forma que no son contabilizados. Lamentablemente, se desconoce el alcance real de esta práctica que agrava la situación de sobrepesca.
Ecologistas en Acción hace un llamamiento a todo el sector de la pesca para que denuncie cualquier ilegalidad que se pueda observar, puesto que la pesca ilegal supone un grave perjuicio para el conjunto de la sociedad. El sector pesquero es el primer afectado, pero también los propios consumidores, que como en este caso, corren el riesgo de consumir un producto que no cumpla con los mínimos de salubridad y puede tener graves consecuencias.
Asimismo, la pesca ilegal supone echar por tierra todos los esfuerzos para conseguir una pesca sostenible que mantenga unos ecosistemas sanos y que necesitan de depredadores como el atún rojo para mantener su equilibrio.
Ecologistas en Acción recuerda el papel fundamental que juega la pesca artesanal de nuestras costas (y en cierta medida el sector almadrabero) puesto que, actuando de forma adecuada, es la que genera un menor impacto en el ecosistema. No obstante, este tipo de pesca se ve discriminada ante el reparto de cuotas.
Por ello, la organización ecologista exige al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente una completa y correcta aplicación del artículo 17 de la Política Pesquera Común que pide expresamente un reparto de cuotas basado en criterios objetivos y transparentes y en donde se primen, entre otras razones, los criterios ambientales que prioricen las pesquerías de bajo impacto.
Eneko Aierbe