- Un proyecto iniciado por la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural con la colaboración de la Fundación Global Nature y el Ayuntamiento de Cabanes ha demostrado ya los beneficios de la trashumancia para el Parque Natural Pat de Cabanes-Torreblanca
- La actividad es parte del Proyecto Life Paludicola que restaura el hábitat del carricerín cejudo, el ave paseriforme más amenazado de Europa
Que cada vez más ganado pueda pastar en el Parque Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca (Castellón) para gestionar la vegetación de forma natural y tradicional. Es el objetivo que se persigue que ya permitió el año pasado, por primera vez después de un cuarto de siglo, que hubiera trashumancia en esta zona protegida. El resultado fue un éxito y por ello, este año se ha vuelto a repetir la experiencia, con más cabezas de ganado (30 en 2018 y 49 en 2109) ya que han quedado probados sus beneficios. Los animales a su paso durante el camino hasta el Prat, van limpiando el sotobosque y los márgenes de los caminos, lo que es un beneficio para la prevención de incendios y una vez en el Prat, mediante su pastoreo adecuan el hábitat para la flora y la fauna, entre ellos, para el ave paseriforme más amenazada de Europa, el cerricerín cejudo, que descansa en esta zona de humedales en su viaje migratorio.
Además de ayudar a la biodiversidad, esta actividad representa un beneficio para el propio ganadero que encuentra en un Parque Natural, como el Prat de Cabanes-Torreblanca, pastos frescos donde alimentar a su ganado.
El año pasado el ganado dispuso de casi 50 hectáreas, este año se han ampliado a 100 y en el futuro se pretende aumentar aún más la superficie pastable. Y para ello hace falta que haya ganaderos interesados (hasta llegar al máximo de la capacidad de acogida). El proceso para solicitar autorización para pastar requiere un contacto con la Dirección Territorial de Castellón y hablar con la dirección del Parque Natural para conocer las parcelas disponibles. Los requisitos pasan porque sólo se permite ganado bovino y ovino y es necesario presentar una memoria que refleje datos como la explotación ganadera, el tipo y cantidad de ganado, el tiempo de permanencia, el tipo de manejo que se va a realizar con el ganado, si son necesarias actuaciones sobre el medio físico (roturaciones, manejo del agua) y una estimación de las posibles repercusiones de la actividad sobre el uso público del Parque Natural. Todo esto quedará protocolizado en el Plan Técnico de Aprovechamiento Ganadero.
Es más, desde el Parque Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca han asegurado que el objetivo fundamental es que se pueda conseguir una forma de producción sostenible de acuerdo con la conservación de la biodiversidad y el desarrollo del territorio y una oportunidad para avanzar en prácticas y modelos más sostenibles.
Así lo apuntan desde la dirección del Parque Natural Prat de Cabanes-Torreblanca, ya que esperan que esta iniciativa perdure en el tiempo al considerarlo una demanda de los usuarios del Prat durante las últimas décadas. “Trabajaremos duro para conseguir que esta tradición se convierta de nuevo en habitual año tras año”.
El segundo viaje
Por segundo año consecutivo, medio centenar de vacas iniciaron a principios de febrero un viaje trashumante de tres días a pie desde Vistabella para llegar al Prat de Cabanes-Torreblanca, un Parque Natural al que el ganado no entraba hasta el año pasado. Después de un cuarto de siglo, la actividad emprendida por la Generalitat Valenciana y la Fundación Global Nature a través del proyecto LIFE Paludicola, demostró los beneficios de que estas vacas, de la ganadería de Fernando Robres, único ganadero de ternera ecológica de la Comunidad Valenciana, pasten por el Parque Natural. En esta ocasión, el ganado permanecerá hasta el próximo mes de mayo.
Esta acción se engloba dentro de las acciones del proyecto LIFE Paludicola como “gestión de vegetación mediante pastoreo controlado”, ya que uno de los principales objetivos de este proyecto es recuperar el hábitat adecuado para el carricerín cejudo en los humedales que utiliza en su paso migratorio de primavera. Las vacas abren claros en las densas masas de carrizal, favoreciendo la aparición de láminas de aguas libres y la aparición de otro tipo de vegetación. Los excrementos del ganado atraen otro tipo de animales como mosquitos y arañas que a su vez sirven de alimento para otras aves palustres favoreciendo la diversidad de especies.
La trashumancia
La trashumancia se define como un tipo de pastoreo en continuo movimiento, adaptándose en el espacio a zonas de productividad cambiante. Este proyecto de recuperación de la ganadería como método de gestión de la vegetación y contra incendios espera que otros ganaderos soliciten a la dirección del Parque Natural meter más ganado en los próximos años.
Para poner en contexto, si nos remontamos a hace 25 años, el descenso de la actividad ganadera, hizo que muchos ganaderos cesaran su actividad. El abandono de esta actividad y del uso de los recursos vegetales provocó un aumento desmesurado del carrizal, creando grandes monocultivos de esta especie que actualmente cubren gran parte de la superficie del Parque. Además, esto deriva, año tras año, en la proliferación de incendios, creando, en ocasiones, daños a la flora y a la fauna irreparables.
El uso de animales herbívoros de un porte considerable, como las vacas o los caballos, permite que estas grandes masas vegetales cambien su morfología, al crear pasillos que a su vez actúan de cortafuegos cuando se declara un incendio. También al acostarse los animales crean zonas donde tumban la vegetación, haciendo claros en el carrizal que permiten ser colonizados por otras especies vegetales. Al mismo tiempo, los excrementos de estos herbívoros atraen multitud de insectos y estos, a su vez, a las aves que se alimentan de ellos.
Patricia Ruiz