España es el segundo país del mundo que más contaminación acústica genera
El último miércoles de abril, desde 1996, se celebra el “Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido”. La contaminación acústica ha pasado a ser uno de los graves problemas de nuestro siglo, y España se sitúa en el foco del asunto. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) España es el segundo país que más contaminación acústica produce, superado, únicamente, por Japón.
Ha quedado demostrado que un nivel de decibelios superior a 55 dB durante el día resulta perjudicial. Éste afecta al ser humano con problemas físicos, psíquicos e incluso provocando la muerte. Pero no solo eso, nuestro medio ambiente también lo sufre: altera la distribución y comportamiento de especies, generando efectos negativos en el equilibrio e integridad de los ecosistemas.
Algunas causas
La circulación de vehículos, el desarrollo urbano en áreas colindantes, los desplazamientos en avión y barco, incluso la propia actividad humana son algunas de sus principales causas.
Es importante tener en cuenta que los animales escogen un hábitat u otro en función de la cantidad de ruido que se genera en él. Sin embargo, la contaminación acústica está perturbando patrones de reproducción, amamantamiento y se ha identificado como un contribuyente a la extinción ciertas especies.
Pero aún ahí más: las plantas también se ven afectadas por el impacto del ruido, que interfiere en los ciclos de polinización y expansión de semillas.
¿Cuáles son las especies más vulnerables?
Aves. Con la contaminación acústica las aves incrementan su tiempo de vigilancia y, en consecuencia disminuyen el de su alimentación. Además, interfiere en su comunicación y cuando los pollos solicitan comida no se les escucha. Junto a ello, se vuelven muy vulnerables ante la existencia de depredadores. En consecuencia y tras números estudios se ha demostrado que la contaminación acústica está cambiando las comunidades aviares y la forma de interactuar entre las especies.
Ranas. El ruido del tráfico afecta al proceso reproductivo de las ranas en zonas metropolitanas. Los machos emiten un variado repertorio de sonidos durante los rituales de cortejo y apareamiento, a veces en vano. El croar de éstos no llega a las hembras, y en muchas ocasiones para hacerse oír usan sonidos más agudos. No obstante, esta adaptación está sirviendo de poco, ya que que las hembras prefieren los sonidos graves, y terminan rechazándolos.
Cetáceos. Las ballenas y los delfines usan el sonido para orientarse, comunicarse, reproducirse o encontrar alimentos. El ruido de barcos, transporte submarino, la exploración petrolera, las perforaciones y extracciones, y la pesca intensiva está repercutiendo gravemente. Algunas de sus consecuencias son el deterioro de tejidos corporales, la pérdida de la capacidad auditiva, el cambio de conductas, estrés y agresión, incluso embolias debido a la presencia de burbujas de nitrógeno causadas por el sonido.
Plantas. Muchas especies vegetales dependen de pájaros o mamíferos para la dispersión de sus semillas. Sin embargo, están siendo abandonadas debidas a la exposición de ruido en las zonas en las que que se encuentran ubicadas.
Es tu momento
Por eso, en este «Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido» te invitamos a reflexionar sobre tu día a día. Estamos convencidos de que poniendo un poco de atención en nuestra actividad diaria se podría reducir enormemente y, con ello, contribuir al beneficio del ser humano, de la Tierra y de sus ecosistemas.