- Un equipo de buceadores de WWF y del Museo Atlántico de Lanzarote se ha sumergido en aguas canarias para denunciar la gran amenaza que supone la contaminación por plástico en nuestros océanos.
- Eligen esta instalación como escenario de una impactante acción en la que se ha desplegado una gran pancarta junto a las esculturas submarinas “asfixiadas” simbólicamente por plásticos.
Hoy han aparecido “atrapadas en plástico” a 14 metros de profundidad las esculturas humanas del Museo Atlántico de Lanzarote como símbolo de denuncia del grave problema que la contaminación por plásticos supone para nuestros mares. Dentro del museo, el escenario de esta acción de protesta pacífica de WWF ha sido la instalación del Rubicón en la que un grupo de figuras humanas está a punto de cruzar un impresionante muro de más de 30 metros de longitud y 4 metros de alto.
Jason deCaires Taylor, creador del primer museo de arte contemporáneo subacuático de Europa, quiso representar con ella la línea roja que la humanidad está a punto de traspasar si no se adoptan medidas urgentes ante la alarmante situación de los océanos.
Con esta denuncia, los activistas de WWF han puesto de manifiesto que cada año, al menos ocho millones de toneladas de plásticos acaban en el océano, una cifra que equivale a volcar en el mar un camión de basura cada minuto. Además, según WWF, para 2030 se estima que la producción de plásticos aumente un 40%.
Así, a escala global, el número de mamíferos que mueren anualmente debido a la contaminación por plásticos supera los 100.000 ejemplares. Algunos animales, como las tortugas, confunden las bolsas con medusas que acaban ingiriéndolas y muriendo. Asimismo, el 90% de las aves marinas del mundo tiene fragmentos de este material en el estómago.
De ahí la gravedad de la amenaza, ya que tal y como se ha querido mostrar con esta protesta está afectando ya en la actualidad al ser humano. No en vano, los microplásticos que ingieren los peces acaban también en nuestros platos cada día cuando consumimos pescado. Un reciente estudio calcula que un consumidor podría ingerir aproximadamente 50.000 partículas de microplástico cada año.
Esta acción denuncia se enmarca dentro de la campaña de WWF #NaturalezaSinPlasticos. Para evitar que la vida marina desaparezca ahogada en plástico, WWF ha puesto en marcha una recogida de firmas virtual para pedir a los gobiernos del mundo que inicien las negociaciones para adoptar un Acuerdo Global para eliminar la contaminación marina por plásticos. Hasta el momento, se han recabado más de 43.000 apoyos.
El informe de WWF Una trampa de plástico reveló que España es el segundo país que más plástico vierte al mar Mediterráneo, después de Turquía y el cuarto país de la UE que más plástico consume. De hecho, esta cuenca es uno de los mayores puntos negros de la contaminación por estos residuos, de los cuales los fragmentos menores de 5 milímetros alcanzan niveles récord de concentración: 1,25 millones por km2, casi cuatro veces el nivel de una de las cinco “islas de plástico”.
Cabe destacar que Canarias también se enfrenta a esta amenaza, especialmente, el parque natural del Archipiélago de Chinijo que constituye la reserva marina más grande de Europa. Cada año, el Organismo Autónomo de Parques Nacionales recoge más de 20.000 kilos de basura. Un estudio elaborado por científicos de las universidades de Alcalá y Autónoma de Madrid, en colaboración con WWF, ha detectado densidades de microplásticos de entre 1 y 5 mm que superaron los 100g/m2 en una playa del Parque Natural del Archipiélago de Chinijo.
El presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, agradece a WWF España la puesta en marcha de esta campaña. Asimismo, celebra que haya escogido el Museo Atlántico, «un conjunto artístico sumergido en el que desarrollamos importantes proyectos de investigación vinculados a la sostenibilidad marina, para lanzar un mensaje en favor de la protección y la conservación de un ecosistema permanentemente amenazado por la acción del hombre”.
Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España, afirmó: “El plástico está asfixiando el planeta y, sin embargo, su producción y vertido siguen creciendo sin cesar. Para frenar este tsunami de plástico se necesita una acción coordinada y un compromiso global con objetivos concretos, por eso pedimos a los gobiernos de todo el mundo un Acuerdo Global y vinculante para terminar con la contaminación por plásticos de los océanos”.
Coral García