El ave más escasa de la península ibérica, el alcaudón chico, que ya solo nidifica en la provincia de Lleida, ha vivido una extraordinaria temporada de cría en 2020 con un total de diez pollos que han volado del nido. Las ONG WWF y Trenca celebran esta alentadora cifra, que triplica la del año pasado y es la más alta de los últimos seis años. Pese a ello, alertan de que la situación de la especie es desesperada y que es urgente aumentar los esfuerzos para evitar la extinción en la península de este ave declarada “en situación crítica”.
El ave más escasa de la península ibérica, el alcaudón chico, que ya solo nidifica en la provincia de Lleida, ha vivido una extraordinaria temporada de cría en 2020 con un total de diez pollos que han volado del nido. Las ONG WWF y Trenca celebran esta alentadora cifra, que triplica la del año pasado y es la más alta de los últimos seis años. Pese a ello, alertan de que la situación de la especie es desesperada y que es urgente aumentar los esfuerzos para evitar la extinción en la península de este ave declarada “en situación crítica”.
Los alcaudones chicos acaban de partir hacia sus zonas de invernada en el sur de África tras una gran temporada de cría en la Plana de Lleida, su último bastión en la península ibérica. Esta pequeña ave ha sufrido un declive dramático en España desde los años 80, de más del 90% de su población reproductora, y se considera la más escasa de la fauna ibérica.
Los esfuerzos para su conservación, coordinados por Trenca, se desarrollan en la naturaleza con la protección de las últimas parejas y sus zonas de nidificación. El otro pilar del proyecto es un ambicioso programa de cría en cautividad establecido en el Centro de Recuperación de Fauna de Vallcalent de la Generalitat de Catalunya.
Este año llegaron en primavera 13 alcaudones chicos a Lleida, y la tasa de retorno (el porcentaje de aves que han regresado respecto a las que se liberaron el año anterior) ha sido del 27%, la más alta de los últimos años. Se formaron cuatro parejas en libertad que han logrado sacar adelante un total de diez pollos, la mejor cifra desde 2014.
Trenca y WWF destacan que la cría en cautividad también ha vivido un hito este año, pues se ha superado el millar de pollos nacidos en Vallcalent desde que vio la luz el primero en el año 2009. Pese a las dificultades por la crisis sanitaria, las sueltas de ejemplares nacidos en cautividad se han podido mantener, con un total de 55 alcaudones chicos liberados entre la Plana de Lleida y el Parque Natural de los Aiguamolls de l’Empordà, en Girona. Se está trabajando para recuperar la especie en este último espacio natural, de donde desapareció en 2002.
Una especie “en situación crítica”
Aunque los resultados de este año son esperanzadores, Trenca y WWF alertan de que la situación de la especie es desesperada. En 2018 el Gobierno la declaró “en situación crítica”, la máxima categoría de amenaza para una especie silvestre, una decisión que obliga a priorizar medidas para su recuperación. Para las ONG, es urgente que el Ministerio se coordine con las Comunidades Autónomas, especialmente con la Generalitat de Catalunya, para poner en marcha medidas como la ampliación del actual centro de cría de Vallcalent y la creación de un segundo centro de cría, o la puesta en marcha de un plan de trabajo que aleje a la especie del abismo de la extinción.
Aparte de los pocos ejemplares que vuelven cada año de su periplo migratorio, debido probablemente a cambios climáticos en la zonas de invernada, la segunda mayor amenaza para la especie es la destrucción y degradación de su hábitat por la intensificación de la agricultura, que deja sin espacio a la fauna y vacía los campos de vida. “El alcaudón chico es un ejemplo más del alarmante declive que están sufriendo las aves y la biodiversidad de los medios agrarios”, explica el coordinador científico de Trenca, Marc Gálvez.
Parte del trabajo sobre el terreno de Trenca se centra en impulsar un modelo de agricultura sostenible y beneficioso para la biodiversidad, a través de la firma de acuerdos de custodia del territorio con agricultores y propietarios. Estas acciones se llevan a cabo principalmente en Torreribera, una finca agraria dentro del término municipal de Lleida donde nidifican los últimos alcaudones chicos ibéricos.
“Cada especie es una pieza irremplazable de nuestra biodiversidad y sería imperdonable permitir la desaparición del alcaudón chico en la península ibérica”, asegura la responsable del programa de especies de WWF España, Gema Rodríguez. Y añade: “La situación de esta fascinante ave nos recuerda el estado de emergencia que vive nuestra biodiversidad, y que urge tomar medidas para revertir la situación.”
Los actuales trabajos de conservación de la especie, promovidos por la Generalitat de Catalunya y coordinados por Trenca, se realizan principalmente con apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, pero es necesario asegurar la continuidad de las acciones en el futuro y multiplicar los esfuerzos. El Zoo de Barcelona y WWF también forman parte de esta iniciativa.
Cristina Martín,