La demanda europea de aceite de cocina usado para fabricar biocombustibles podría duplicarse de aquí a 2030, lo que haría depender su disponibilidad en la UE de importaciones que no garantizan su sostenibilidad. La UE promueve el UCO como un biocombustible avanzado, pero más de la mitad de la materia prima necesaria para producir el combustible que se consume en la región es importado. Más de un tercio (34 %) de las importaciones de UCO a Europa provienen de China, mientras casi una quinta parte (19 %) procede de los principales productores de aceite de palma: Indonesia y Malasia.
En el caso del Estado español, los datos de UCO importado son similares.
En opinión de Cristina Mestre, responsable de biocombustibles de la red europea Transport & Environment (T&E), «la creciente demanda europea de aceite de cocina usado está superando la cantidad sobrante de las cocinas del continente. Esto nos hace depender de un producto de desecho que se envía desde el otro lado del mundo. Los países que utilizarían el UCO para alimentar a sus animales y otros productos podrían acabar exportándolo mientras utilizan aceite barato, como el de palma, en casa. La UE debe limitar el uso de UCO para evitar provocar ese tipo de efectos nocivos».
Según el estudio, encargado por T&E y realizado por CE Delft, dentro de una década el volumen de UCO que necesita Europa podría duplicarse hasta alcanzar los seis millones de toneladas. Como el UCO se contabiliza doblemente para los objetivos climáticos nacionales como marca la Directiva de Energías Renovables de la UE, a menudo se comercializa a un precio más alto que el aceite virgen. Esto aumenta el riesgo de que los aceites vírgenes se mezclen de forma fraudulenta con el UCO importado.
«El Tribunal de Cuentas de la UE ha declarado que los regímenes voluntarios no pueden garantizar que todo el UCO importado en Europa sea realmente «usado». En los últimos años ha habido varias denuncias de prácticas fraudulentas relacionadas con la industria del biodiésel de UCO», afirma Rosalía Soley, responsable de la campaña de biocombustibles de Ecologistas en Acción.
La posible demanda excesiva estimada anteriormente añadirá presión al mercado de UCO e, indirectamente, al mercado mundial de aceites vegetales. Los países productores que exportan una parte importante de su producción de UCO a la UE tendrán que buscar otras «soluciones» en sus esfuerzos de descarbonización. Esto podría llevar a un aumento de la demanda y el uso de aceites vegetales como el de palma para llenar el vacío que dejaría el UCO, lo que indirectamente provocaría deforestación, destrucción de hábitats y biodiversidad, y emisiones de gases de efecto invernadero.
El aumento del consumo de UCO también podría verse impulsado por las próximas normativas de la UE sobre combustibles renovables para el transporte marítimo y la aviación (FuelEU and ReFuelEU). De acuerdo con las estimaciones del estudio, en 2030 los sectores de la aviación y marítimo podrían necesitar 1 y 0,74 millones de toneladas de UCO, respectivamente. Dada la limitada disponibilidad de la materia prima, es probable que se produzca un trasvase de su actual uso en el transporte de carretera hacia su utilización en el sector de la aviación, simplemente trasladando el combustible y sus potenciales beneficios a otro sector.
“Estudios como el elaborado por T&E muestran las potenciales consecuencias negativas de combustibles provenientes de cultivos alimentarios, así como la necesidad de reducir el número de vuelos como única forma inocua de descarbonizar el sector”, subraya Pablo Muñoz, responsable de la campaña de aviación de Ecologistas en Acción.
En vista de la próxima revisión de la DER II (prevista para el verano de 2021) y de las iniciativas ReFuel y FuelEU, T&E y Ecologistas en Acción instan a la UE a que aprenda de los errores cometidos en el pasado con los biocombustibles. Las organizaciones consideran que se debe garantizar la existencia de salvaguardas sólidas para evitar los impactos ambientales, climáticos y sociales negativos relacionados con los UCO y, en general, con los biocombustibles avanzados. Para ello es necesaria la implementación de robustos controles de calidad y vigilancia de la cadena de suministros y mejora del sistema de certificación.
Rosalía Soley | Ecologistas en Acción