Las organizaciones reclaman que la futura PAC no puede renunciar a la ambición ambiental y climática dando la espalda al Pacto Verde Europeo y piden que se alinee con los objetivos de las estrategias “De la granja a la mesa” y “Biodiversidad para 2030”.
Hoy se reúnen en Bruselas el Consejo, la Eurocámara y la Comisión Europea para debatir la ‘arquitectura verde’ de la futura Política Agraria Común (PAC). El mes de mayo será un momento decisivo para definir la PAC de los próximos siete años, ya que continuarán las negociaciones tanto a nivel europeo como estatal. El objetivo será adoptar las propuestas definitivas de reglamentos europeos y los Planes Estratégicos nacionales (PEPAC) que guiarán su aplicación en España. Ante ello, SEO/BirdLife y WWF han elaborado una propuesta con peticiones al Ministerio de Agricultura (MAPA) y comunidades autónomas para que el PEPAC permita una transición agroecológica y una recuperación verde y justa en el mundo rural.
Enrique Segovia, director de conservación de WWF España afirma: “Reclamamos una nueva PAC con un pago básico que garantice el apoyo a la renta a las explotaciones de mayor valor socio ambiental, como las situadas en Natura 2000, en producción ecológica y las dedicadas a la agricultura y ganadería de alto valor natural. Necesitamos un modelo justo que reconozca la labor de todos los rebaños que pastan en nuestros campos, o de los elementos del paisaje que sirven de refugio a la fauna que, como aliada natural, nos ayuda a controlar plagas. Para ello, es requisito imprescindible eliminar los derechos históricos y seguir avanzando en la aplicación de la convergencia interna real de las ayudas”.
Ana Carricondo, Coordinadora de Programas de Conservación de SEO/BirdLife sostiene: “Es necesario que en esta nueva PAC se programen medidas agroambientales para retos ambientales transversales, como la coexistencia con grandes carnívoros y el apoyo a la trashumancia en ganadería, y se garantice que se aplican las medidas de gestión agraria necesarias para alcanzar los objetivos de conservación de los espacios Natura 2000 en todas las CCAA. Pero además hay que identificar y eliminar los efectos perversos de algunos subsidios que suponen intensificar el modelo productivo más allá de la capacidad de la naturaleza, como las inversiones destinadas a la modernización agraria, que con demasiada frecuencia generan impactos negativos sobre la biodiversidad, el suelo y el agua, elementos esenciales para el futuro de la agricultura, además de para la salud de las personas”.
Sobre los ecoesquemas, las organizaciones apuntan que para abordar los grandes problemas ambientales de la agricultura y ganadería en España se necesitan pocos ecoesquemas, con fondos suficientes y diseño adecuado, en lugar de muchos, sin ambición ambiental y con poco presupuesto. Por eso, apuestan por el apoyo a la ganadería extensiva para luchar contra incendios y preservar paisajes únicos como la dehesa. También por favorecer la rotación de cultivos y el barbecho ambiental para proteger el suelo, la biodiversidad y la lucha contra plagas y enfermedades, disminuyendo el uso de químicos.
Ambas ONG señalan que con estos ecoesquemas se han de fomentar también las cubiertas vegetales vivas en leñosos para frenar la erosión y desertificación del suelo; además de apoyar las prácticas que benefician la biodiversidad y el paisaje. Sin olvidar el mantenimiento de las fincas certificadas en producción ecológica, que sería una nueva medida a programar. Y advierten que en ningún caso se han de financiar prácticas que abusan de los recursos naturales y contaminan, poniendo en riesgo la capacidad para producir alimentos sanos y de calidad.