Los técnicos de British Petroleum (BP) intentaban ayer contener el vertido de crudo, empleando vehículos robóticos submarinos en el pozo dañado a más de un kilómetro y medio de profundidad, bajo las aguas del Golfo de México.
El derrame cubre ya unos 1,550 kilómetros cuadrados y avanza hacia el este, desde las costas de Luisisana a las de Misisipi y Alabama, lo que ha desatado la alarma de «marea negra» y desastre ambiental.
La contraalmirante del Servicio de Guardacostas, Mary Landry, encargada de la operación de socorro y limpieza, dijo: «Hasta ahora no ha habido impacto en las costas. Nuestra prioridad es el control del pozo mientras el petróleo esté tan lejos de las costas como sea posible».
160 mil litros diarios. Landry explicó que del pozo emergen unos mil barriles diarios de crudo, unos 160 mil litros que contaminan la superficie marítima con una espesa y aceitosa mancha.
BP, la mayor extractora de petróleo en el Golfo de México y operadora del yacimiento Macondo, había arrendado la plataforma «Deepwater Horizon», que es la que explotó el pasado miércoles, dejando once trabajadores desaparecidos.
BP ha movilizado 32 naves con las líneas de flotadores y otros equipos adecuados para contener y recoger el crudo, impidiendo que llegue a las costas. La firma señaló que tiene listos para su uso unos 380 mil litros de disolvente de petróleo, esto es casi un tercio del inventario mundial de esos compuestos químicos.
Senado pide investigar. Tres miembros del Senado de EU pidieron que se investigue la explosión de la plataforma del Golfo de México.
Los senadores demócratas Robert Menéndez, Frank Lautenberg y Bill Nelson afirmaron que la explosión de la plataforma no es sólo una tragedia para los familiares de las víctimas, sino también un recordatorio de los riesgos reales de la exploración petrolera.
«La explosión, el incendio consiguiente, y el permanente vertido [de petróleo] plantean serios interrogantes acerca de las afirmaciones de la industria de que sus operaciones y la tecnología son lo bastante seguras como para poner plataformas en zonas ambientalmente delicadas o cruciales para el turismo y la industria pesquera», indicaron los senadores.
«Este puede ser el peor desastre de los últimos años, pero con seguridad no es un incidente aislado», agregaron.
Por su parte, Keith Clarke, de la Universidad de California y quien estudió un derrame en 1969 frente a las costas de ese Estado, dijo al diario «The Wall Street Journal» que «también la pesca podría resultar afectada».
No obstante, hasta el momento, no se tienen noticias de que el vertido haya afectado a la industria camaronera en las cosas de Luisiana y Misisipi.
México, vigilante. El gobierno mexicano «no prevé un impacto directo o inmediato» en sus aguas o costas por el derrame de crudo.
«Debido a la dirección y a las características de las corrientes de la región del Golfo, no se prevé un impacto directo o inmediato en aguas mexicanas y, por lo tanto, sobre las costas nacionales», dijo Fernando Morales, portavoz de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
La fuente dijo que sus argumentos se basan en inspecciones efectuados por la Secretaría de Marina (Semar). No obstante, dijo, la Semarnat «se mantiene alerta ante cualquier cambio en el desplazamiento de la mancha de crudo, así como del posible impacto que ésta pueda generar al medio ambiente».
Fuente_La Crónica de Hoy