La Comisión Europea acaba de aprobar su nueva Estrategia Forestal, que tiene como objetivo mejorar la salud y la resiliencia de los bosques de la UE fomentando prácticas de gestión que sean mejores para la naturaleza, el clima y las personas. Sin embargo, el resultado final se haya cedido a la presión de algunos Estados miembros y de la industria para anteponer los beneficios económicos a muchas de las consideraciones climáticas, de biodiversidad y sociales.
En comparación con un borrador de junio de la estrategia forestal europea, que mostraba a la Comisión dando pasos importantes para abordar las preocupaciones de los ciudadanos de la UE sobre el estado de los bosques de Europa, esta versión final aprobada hoy mantiene la necesidad de un esfuerzo unificado para restaurar la salud y resiliencia de los bosques, pero debilita ciertos elementos importantes. Por ejemplo, aunque aún incluye un plan para elaborar una propuesta legislativa para un marco de observación e información forestal en toda la UE [1], dicha propuesta se ha debilitado. Además, el borrador anterior también contenía un conjunto obligatorio de criterios para evaluar si un bosque está ‘gestionado de forma sostenible’ [2], pero ahora se han eliminado de la propuesta legal final y solo se utilizarán de forma voluntaria.
WWF también lamenta que estos importantes cambios de última hora se produjeron después de que algunos Estados miembros [3] y la industria forestal afirmaran que la UE no tiene competencia en cuestiones relacionadas con los bosques y acusaran a la Comisión de “reducir los bosques a consideraciones medioambientales” y de “no tener en cuenta los aspectos socioeconómicos”.
«Este tipo de falsa retórica pierde por completo el panorama general», afirma Diana Colomina, coordinadora de bosques en WWF España en reacción a la posición de los Estados miembros. “Si no actuamos urgentemente contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, no nos quedarán bosques saludables y resistentes de los que hablar. Al anteponer los intereses económicos a corto plazo a otras consideraciones, los ministros de industria y agricultura han demostrado que no comprenden la magnitud de la crisis.”
Aspectos positivos de la Estrategia Forestal Europea
La Estrategia Forestal reconoce la necesidad de fortalecer la protección y restauración de los bosques y la necesidad de una ordenación forestal sostenible más respetuosa con la biodiversidad para garantizar su resiliencia y capacidad productiva en las próximas décadas.
La Estrategia también enfatiza la necesidad de compensar a los propietarios de bosques por servicios ecosistémicos distintos de la producción de madera -como retención de agua, regulación climática y servicios recreativos- y por adoptar prácticas de manejo forestal respetuosas con el clima y la biodiversidad
Aspectos negativos de la Estrategia Forestal Europea
La Estrategia establece que la bioeconomía debe ser «impulsada dentro de límites sostenibles», sin embargo, carece de salvaguardias concretas para evitar la intensificación de la gestión forestal y la explotación que van en contra de los objetivos climáticos y de biodiversidad de la UE.
Para WWF se trata de un doble golpe para la biodiversidad dada la decisión de la Comisión esta semana de ponerse del lado del lobby de la industria de la biomasa y rechazar cualquier revisión significativa de las reglas sobre bioenergía en la directiva de energía renovable (RED). Esto significa que la RED seguirá incentivando la quema de árboles para obtener energía, aumentando las emisiones en comparación con los combustibles fósiles y ejerciendo una presión cada vez mayor sobre los bosques.
“La Estrategia Forestal no es un instrumento legal, por lo que no podrá impulsar el cambio necesario para nuestros bosques si sus principios no se reflejan en la legislación relevante como RED y LULUCF”, concluye Diana Colomina.