El voluntariado ambiental de Pinoso ha desarrollado, en agosto, una acción de detección, recogida y supervisión de flora invasora del entorno del cementerio. En concreto, se han eliminado ejemplares de la especie Nicotiana glauca, un arbusto perenne nativo de Sudamérica, introducido en numerosas regiones como planta ornamental y ampliamente naturalizado en climas cálidos y secos de todo el mundo, incluido en Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, que regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras, así como en el Decreto control de especies exóticas invasoras de la Comunidad Valenciana.
En las rutas de vigilancia para la prevención de incendios, un grupo de voluntarias y voluntarios ambientales, azada y capazo en mano, ha procedido a la retirada de entre 15 y 18 ejemplares previamente identificados de esta planta solanácea conocida comúnmente como tabaco moruno o gandul. Su alta reproducción y fácil dispersión de las semillas, su toxicidad y la falta de depredadores naturales la convierten en una especie muy agresiva con alto riesgo invasor, especialmente en áreas de clima mediterráneo, de ahí la necesidad de gestión.
“Primero, cortamos las ramas con cuidado para no dispersar las semillas en el entorno, y las guardamos en bolsas herméticas para su posterior gestión. Después, una vez libre de semillas, arrancamos la planta de raíz para evitar el rebrote”, explica el voluntario Adrián Ruiz Rocamora. Ingeniero forestal, añade: “En Pinoso, por suerte, no tenemos una invasión importante de momento, a diferencia de otros municipios del sur de Alicante y Murcia, pero se recomienda el control temprano y un trabajo de seguimiento porque la flora invasiva es el principal problema que amenaza nuestra biodiversidad”.
La acción de control ejercida por el voluntariado ambiental de Pinoso se enmarca en la normativa estatal y comunitaria sobre gestión de especies exóticas invasoras, según la cual las administraciones competentes tienen la obligación de eliminar aquellos ejemplares del catálogo localizados en dominio público.
Lorena Escandell | MAP