Greenpeace celebra la paralización de la ampliación del aeropuerto de Barcelona – El Prat anunciada esta misma tarde por la Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, en rueda de prensa. El Gobierno cede así a la presión de las entidades ecologistas, vecinales y sociales agrupadas en la Plataforma ZeroPort, que han venido denunciando el enorme impacto negativo que suponía la ampliación del aeropuerto de Barcelona para el clima y la biodiversidad.
Esta paralización llega también después de que varios miembros del Govern de Catalunya se hayan sumado a las voces críticas con el proyecto, a pesar del acuerdo inicial entre las administraciones estatal y autonómica. Los planes de AENA chocaban frontalmente con los objetivos climáticos de Catalunya y demostraban la falta de compromiso con el clima y el medioambiente de ambas administraciones, al dedicar 1.700 millones de euros para una infraestructura que potencia el uso de combustibles fósiles y que, además, perjudica notablemente la calidad de vida del área metropolitana.
Con el espíritu de esta ampliación, que se suma a la inversión de 1.600 millones para ampliar el aeropuerto de Madrid-Barajas, el Gobierno de Pedro Sánchez demuestra su falta de compromiso en el desarrollo de un modelo de transporte limpio y eficiente. Greenpeace recuerda que el avión es el modo de transporte más contaminante por persona transportada y que la descarbonización de la movilidad pasa, necesariamente, por una reducción del número de vuelos.
El pasado 1 de julio, la organización ecologista llevó a cabo una acción en el propio aeropuerto catalán reclamando “Más trenes y menos aviones” para denunciar el impacto ambiental del sector aéreo y reivindicar el ferrocarril como alternativa sostenible y asequible frente al avión y la carretera. Esta petición coincide con la declaración de 2021 como Año Europeo del Ferrocarril por parte de la Comisión Europea, organismo que denunció el impacto del aeropuerto de El Prat sobre los entornos naturales protegidos del río Llobregat.
Ningún aeropuerto es “verde”
“Es inaceptable que, incluso tras anunciar la suspensión, la Ministra Sánchez haya justificado la sostenibilidad de una ampliación que implicaba más vuelos y más emisiones contaminantes”, ha declarado Adrián Fernández, responsable de movilidad de Greenpeace: “La aviación no solo tiene un grave impacto sobre el clima, también perjudica a la población local con más ruido y más contaminación atmosférica y arrasa espacios protegidos por su biodiversidad, como sucede en El Prat con la Laguna de la Ricarda”.
En este sentido, Greenpeace recuerda a la ministra Sánchez que AENA todavía no ha cumplido sus obligaciones ambientales fijadas en la Declaración de Impacto de 1998, y critica que desde el Gobierno de España se insista en impulsar una visión puramente desarrollista de las infraestructuras, utilizando el aeropuerto como un arma política en lugar de trabajar por un modelo de transporte sostenible. “Por más que Sánchez intente disfrazarlo, ningún aeropuerto es ‘verde’. El sector aéreo depende al completo de combustibles fósiles y su descarbonización es inviable a corto y medio plazo”, sentenció Fernández.
Adrián Fernández