- Greenpeace advierte que solo se podrán recuperar la esperanza y el progreso si se quita el micrófono a los contaminadores y se entrega a las personas de las comunidades y países afectados
- La COP27 debe garantizar la financiación para pérdidas y daños, la adaptación y la transición ecológica justa de los países del sur global, y acelerar la eliminación de los combustibles fósiles para llegar al 1,5 °C
Al comenzar la segunda semana de las conversaciones vitales sobre el cambio climático de la COP27, Greenpeace ha advertido que sólo se podrán recuperar la esperanza y el progreso si se quita el micrófono a los contaminadores y se entrega a las personas de las comunidades y países afectados.
Para tener éxito, la COP27 debe acordar la creación de un mecanismo financiero específico para pérdidas y daños, garantizar una financiación adecuada para la adaptación y la transición ecológica y justa de los países del sur global y acelerar la eliminación de los combustibles fósiles de acuerdo al límite de 1,5 °C.
Yeb Saño, director ejecutivo de Greenpeace en el Sudeste Asiático y jefe de la delegación de Greenpeace que asiste a la COP, ha declarado: «Las personas y el planeta están siendo marginados, empujados a los márgenes y a los rincones de la COP27, enterrados bajo los logotipos de las empresas y los grupos de presión de los combustibles fósiles. Esta es la COP de África, donde las voces de las personas más afectadas por los impactos climáticos deberían ser las que más se oigan, y los resultados deberían responder a las necesidades de las personas y del planeta, no a la codicia de los contaminadores.
Las pérdidas y los daños llegaron a la agenda tras unos debates inusualmente largos, hasta altas horas de la noche, en Sharm El Sheij, y ahora deben formar parte de los resultados definitivos. Los países en desarrollo deben mantenerse firmes en su exigencia de que se acuerde un mecanismo de financiación dedicado a las pérdidas y daños.
Ha llegado la hora de dejar de discutir sobre miles de millones y cambiar el sistema para redirigir los billones que causan el cambio climático a la financiación de la acción climática y la transición justa. Si el Covid nos ha demostrado algo en los últimos dos años, además de recordarnos que nadie está a salvo hasta que todos lo estén, es que cuando existe la voluntad política, se pueden redirigir enormes ríos de dinero en un instante».
Ghiwa Nakat, director ejecutivo de Greenpeace MENA, ha dicho: «Un futuro mejor, más seguro, más limpio y más justo es posible si escuchamos las voces de las personas que están en primera línea del cambio climático y si hacemos caso a la sabiduría indígena. Los ministros que llegan esta semana deben pasar de largo por las representaciones de las empresas e ignorar al ejército de grupos de presión de los combustibles fósiles, deben buscar las voces de los menos responsables del cambio climático y que se enfrentan a las mayores pérdidas.
Las cuestiones serias exigen líderes serios, líderes que sean capaces de comprender los vínculos entre la adaptación, la mitigación, las pérdidas y los daños. Líderes que sepan distinguir entre un ciclo de financiación vicioso o virtuoso. Tiene que haber la justicia climática para las generaciones presentes y también para las futuras».
Pedro Zorrilla Miras, experto en cambio climático y representante de Greenpeace España en la delegación internacional en Egipto, ha dicho: «El Gobierno de Pedro Sánchez debe tomar un liderazgo mundial en la lucha contra el cambio climático. Para conseguirlo debe asumir un objetivo de reducción de emisiones acorde con la ciencia (subirlo del 23 % al 55 %), debe dirigir las subvenciones actuales a los combustibles fósiles a la acción climática, y debe asegurarse de que esta COP27 aprueba el mecanismo para pérdidas y daños. Sólo así puede conseguir comenzar a mover el círculo vicioso que mantiene a millones de personas en el mundo al borde del abismo climático».
Mbong Akiy Fokwa Tsafack, portavoz de Greenpeace África, ha concluido: «¡Los combustibles fósiles deben ser eliminados progresivamente, deben mantenerse bajo tierra! Los países y empresas más ricos y responsables deben pagar por la adaptación a los impactos climáticos ahora y en el futuro.
El patio trasero de África no se convertirá en el patio delantero de Europa. Ante las sequías, las inundaciones, los ciclones y las olas de calor que devastan las vidas y los medios de subsistencia de los países africanos, las pérdidas y los daños deben ir acompañados de un compromiso aún mayor para eliminar progresivamente los combustibles fósiles y proporcionar energía renovable, limpia y segura, descentralizada, a los 600 millones de africanos que se enfrentan a la pobreza energética.
La carrera por el gas africano será resistida por los esfuerzos de cientos de millones de africanos que buscan el fin de un legado colonial de extracción y explotación que dura un siglo. El desarrollo de los combustibles fósiles del siglo XX no es lo que necesita África».
Gaby Flores | Greenpeace