- Instalar un comedero en balcones y terrazas es una buena forma de ayudar a las aves en invierno y poder disfrutarlas más de cerca, pero hay que tener en cuenta algunos consejos antes de ponernos manos a la obra
- Si además registramos y compartimos nuestras observaciones de aves con herramientas de ciencia ciudadana, como la app eBird, ayudaremos a mejorar el conocimiento sobre sus comportamientos y su estado de conservación
La llegada de las bajas temperaturas, algo habitual en el mes de enero, es un buen momento para instalar comederos para las aves con el fin de facilitar el acceso a la comida a diferentes especies de nuestros pueblos y ciudades.
El invierno es la época del año donde más escasea el alimento para las aves, especialmente cuando se producen nevadas que dejan cubiertos de nieve muchos pueblos y ciudades. Ante esta escasez, podemos ayudar a las #avesdebarrio ofreciéndoles alimento en nuestras ventanas, terrazas, balcones o patios.
“Recomendamos colocar los comederos únicamente en entornos urbanos, pues en este medio los patrones de distribución temporal y espacial del alimento ya están muy condicionados por factores humanos, por ejemplo, los restos de comida de la terraza de un bar”, reconoce Beatriz Sánchez del programa Biodiversidad Urbana de SEO/BirdLife.
Sin embargo, en medios no urbanos las aves, aun influenciadas por la actividad del ser humano (medios agrícolas, por ejemplo), suelen tener fuentes de alimentos naturales a su disposición y que se distribuyen estacionalmente siguiendo los ritmos de la naturaleza. Esto hace que el impacto negativo de los comederos sobre la biología de las poblaciones de aves sea probablemente muy inferior en el medio urbano en comparación a otros tipos de ecosistemas.
“Si se siguen unas recomendaciones básicas, los comederos no perjudican a las aves, aunque probablemente tampoco las “salvan”. Sin embargo, ayudan a que personas como tú y como yo nos sintamos conectadas de forma directa con las aves silvestres, y esto no es trivial. Puede ser la puerta que nos lleve a interesarnos e implicarnos en acciones de conservación de la naturaleza y de otras aves mucho más amenazadas que necesitan algo más que pipas de girasol y cacahuetes”, recuerda Beatriz Sánchez.
Una buena ubicación del comedero garantiza su éxito
Si bien hay unos lugares mejores que otros para que las aves acudan a nuestro comedero, como puede ser un jardín, patio amplio, o terraza en un primer o segundo piso, lo cierto es que sólo es cuestión de tiempo que las aves terminen encontrando el alimento, esté donde esté. Hay que elegir un lugar tranquilo, abierto, protegido del sol, del viento y de la lluvia y minimizar los riesgos que puede suponer una ubicación errónea para las aves. Nunca lo situaremos cerca de una ventana o cristalera contra la que las aves puedan chocar. Si la zona es accesible para los gatos, el comedero se situará de tal forma que resulte imposible acceder para los felinos.
Con respecto al tipo de alimento, el pan y la bollería no son recomendables por la gran cantidad de aditivos que llevan. Nunca pongas alimentos que contengan sal, azúcar o hayan sido cocinados. Si optas por poner frutos secos, comprueba que sean sin sal. Siempre es mejor elegir opciones más naturales como frutas, semillas de girasol, cacahuetes, mijo o mezcla de semillas. El alimento se puede disponer en comederos comprados, para lo que hay una gran variedad de opciones en el mercado, o bien directamente en el suelo sobre una superficie plana que se pueda limpiar cada poco tiempo (por ejemplo, en un plato de una maceta). La higiene de los comederos es muy importante puesto que pueden ser fuente de contagio de enfermedades.
Haz tu propio comedero de forma sencilla
También existe la opción de fabricar tu propio comedero usando materiales que seguro tienes en casa. El más sencillo consiste en clavar una serie de cacahuetes, uno detrás del otro, en un alambre y colgarlo en el lugar apropiado.
También se puede hacer con malla de naranjas o cebollas que se rellenan y se cuelgan de una rama. Otra alternativa puede ser coger una botella y atravesarle dos palos tipo brocheta, hacerle un agujero para que las aves puedan comer a unos tres dedos por encima del palo, rellenar la botella y colgarla con un cordel en tu jardín o en el parque más cercano. Pero lo mejor será que cada uno pruebe con su propio estilo original y divertido.
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Vídeos: Canal Youtube SEO/BirdLife