La organización ha anunciado hoy que llevará a la Comisión Europea ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por la inclusión del gas fósil y la energía nuclear en la lista de inversiones sostenibles de la UE (taxonomía). La medida se produce después de que la Comisión haya rechazado esta mañana una solicitud formal realizada por Greenpeace en septiembre para abandonar el lavado verde del gas fósil y la energía nuclear.
“Lucharemos contra esta falsa etiqueta verde en los tribunales. Estudiaremos la respuesta de la Comisión, pero su inmenso cinismo sobre los combustibles fósiles y la energía nuclear es puro lavado verde, y podemos probarlo. Los mismos contaminadores que Ursula von der Leyen quiere premiar con una etiqueta sostenible son los responsables de muchas de las terribles dificultades que enfrenta la gente hoy en día, como el aumento de los precios y la emergencia climática”, ha señalado la responsable de la campaña de Finanzas Sostenibles de Greenpeace, Ariadna Rodrigo.
Por su parte, Raquel Montón, responsable del área de Incidencia Política de Greenpeace España, ha recalcado que “el Gobierno español se ha mostrado contrario a la inclusión del gas y la nuclear en la taxonomía, pero a diferencia de otros gobiernos como el austriaco o de organizaciones como Greenpeace que tratan de defender en los tribunales sus argumentos, el Gobierno español no se ha sumado por el momento a dichas causas”.
El pasado 8 de septiembre de 2022, ocho oficinas de Greenpeace (Alemania, Francia, España, Italia, Bélgica, Luxemburgo, Europa Central y Oriental y la Unidad Europea) enviaron una solicitud formal de revisión interna a la Comisión. En ella, señalaban que la inclusión del gas y la energía nuclear en la taxonomía viola el reglamento de taxonomía, la ley climática europea y las obligaciones de la UE en virtud del acuerdo climático de París de 2015.
La Comisión Europea ha respondido hoy que rechaza la petición de Greenpeace de eliminar el gas y la energía nuclear de la taxonomía. La organización medioambiental presentará el próximo mes de abril una demanda ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. El Gobierno austriaco también va a demandar a la Comisión Europea por su lavado verde del gas y la energía nuclear.
Greenpeace argumenta que la inclusión del gas fósil y la energía nuclear por parte de la Comisión Europea en la taxonomía viola varias leyes de la UE y se basa en errores y deficiencias de procedimiento. El siguiente es un resumen de algunos de los argumentos de Greenpeace en contra de las actividades de gas y nucleares que se han incluido en la taxonomía:
Respecto al gas fósil:
Supera el umbral de emisiones de carbono legal. La Comisión estableció un umbral para las emisiones de carbono de la generación de energía con gas fósil de 270 gramos de CO2 equivalente por kilovatio hora. Esto no cumple con la legislación vigente de la UE. El reglamento de taxonomía, la ley climática de la UE y el Acuerdo de París de 2015 no permiten más de 100 gramos de CO2 equivalente por kilovatio hora.
Las inversiones no son transitorias. No pueden considerarse “transitorias”en nueva generación de energía de gas fósil, como exige el reglamento de taxonomía, porque dichas plantas podrían permanecer en funcionamiento más allá de la fecha límite de la UE de 2050 para lograr la transición energética. Esto también contraviene la Ley del Clima de la UE.
Existen alternativas renovables. La Comisión argumenta erróneamente que la inclusión del gas en la taxonomía es permisible porque no existen “alternativas bajas en carbono tecnológica y económicamente factibles”, pero tales alternativas existen, como la energía eólica y solar.
Obstaculiza el abandono de los combustibles fósiles.La inclusión del gas fósil en la taxonomía genera una ventaja competitiva para el gas y, por tanto, obstaculiza los objetivos legalmente vinculantes de la UE de alejarse de los combustibles fósiles.
Respecto a nucleares:
Causa un daño significativo al medio ambiente. La energía nuclear no cumple con el principio de “No Causar Daño Significativo” del reglamento de taxonomía. Las emisiones del ciclo de vida de la energía nuclear, la extracción de uranio, el alto uso de agua, la descarga de agua caliente y la generación a gran escala de desechos radiactivos violan este principio. Por lo tanto, la generación de energía nuclear socava también otros objetivos del reglamento de taxonomía.
La energía nuclear impide el desarrollo de las renovables. La Comisión asume incorrectamente que la energía nuclear es una actividad habilitadora para la transición energética, cuando en realidad conduce a la reducción de las energías renovables por su falta de flexibilidad.
La construcción de las centrales nucleares es muy lenta. La Comisión designa erróneamente la energía nuclear como una actividad de mitigación del cambio climático, es decir, que contribuye a que la UE alcance sus objetivos de reducción de emisiones. De hecho, las inversiones en energía nuclear tardan tanto en ponerse en marcha que retrasarían el abandono de las plantas de carbón y obstaculizarían el desarrollo de las energías renovables.
Los impactos climáticos afectan severamente a las nucleares. La energía nuclear tampoco es una tecnología de adaptación climática, es decir, una que sea resistente al mayor riesgo de eventos adversos causados por la crisis climática. De hecho, la energía nuclear se ve muy afectada por los fenómenos climáticos adversos, como las olas de calor y las sequías.
Pueden ser objeto de ataques. La Comisión ignora la posibilidad de que una planta nuclear pueda ser objeto de un ataque terrorista o militar y que estos eventos puedan ser la fuente de accidentes importantes y la contaminación relacionada.