Una preocupación creciente de los planificadores urbanos es cómo mejorar el tráfico de las ciudades, fomentar el transporte público sin coartar el vehículo privado. La cuestión es especialmente peliaguda en el país más poblado del mundo, que tiene lidiar con un parque móvil en vertiginoso crecimiento desde hace dos décadas. Una solución ecológica y rápida puede ser el sorprendente vehículo que puede verse en la imagen, una especie de tren-túnel o «autobús en 3D» que se eleva por encima de los coche, superando o dejando pasar a éstos por debajo.
El proyecto piloto empezará a funcionar en el distrito Mentougou de Pekín a finales de este mismo año. Se trata de un tren ligero de entre 4 y 4,5 metros de alto que tiene dos niveles: en el nivel superior viajan los pasajeros, que acceden al vehículo a través de unas plataformas en altura. Por el hueco que queda en los dos metros inferiores pasan los coches. Aquellos vehículos que exceden la altura máxima son detectados mediante un radar y desviados a los carriles contiguos.
El vehículo está propulsado por energía solar y electricidad, alcanza una velocidad de 60 km/h y puede transportar 1.200 personas simultáneamente, a razón de 300 por cada vagón. El coste de instalación de los 40 kilómetros en los que circulará inicialmente es de 500 millones de yuanes (unos 55 millones de euros), aproximadamente un 10% de lo que cuesta un tramo de metro de similar tamaño y puede reducir los atascos un 20 o 30%, según la empresa desarrolladora, Shenzhen Hashi Parking Equipment.
El autobús 3D (habrá que inventar un término para definirlo) fue desvelado en una Feria de Alta Tecnología el pasado mes de mayo en Pekín. En ella, el presidente de la compañía (ver vídeo) afirmó otras ventajas frente al metro: «Se tarda sólo un año en construir 40 kilómetros, mientras que la construcción de esos kilómetros de metro hubieran supuesto un mínimo de 3 años». Además, señala, «los pasajeros tienen sobre su cabeza un cielo brillante, frente a la oscuridad del suburbano».
Posibilidades de propagación: 30%. Sería necesario reconstruir la mayoría de las calles de las ciudades para poder instalar este sistema de transporte. Además, se nos ocurre toda una gama de accidentes de tráfico por descubrir. Aun con todo, el autobús engulle-coches es tan futurista que nos gusta…puede que incluso demasiado futurista para el resto del mundo.
Fuente_La Información