La próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) tendrá lugar en Bakú (Azerbaiyán) del 11 al 22 de noviembre, mientras España continúa conmocionada tras el paso de la devastadora DANA que ha causado centenares de fallecimientos y terribles daños materiales. El cambio climático está mostrando ya sus peores efectos, en forma de eventos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes e intensos, que, según la ciencia, serán especialmente virulentos en España y el sur de Europa. En este contexto, la próxima cumbre del clima cobra especial importancia: los líderes mundiales reunidos allí deberán responder con valentía a otro año de temperaturas récord y al aumento de las emisiones obligando a la industria fósil, principal responsable de la crisis climática, a abandonar el gas, el carbón y el petróleo y a pagar por el daño causado.
«Es terrible que en este momento, cuando el cambio climático nos muestra sus efectos más devastadores y el catastrófico mundo hacia el que vamos, tomen el poder negacionistas como Trump que además ignoran los derechos humanos. Debemos resistir, dejar de hacerle la guerra a la naturaleza e invertir en nuestra supervivencia como especie. Exigimos a todos los Gobiernos que rechacen las presiones del lobby fósil y nos defiendan de esta emergencia ecosocial con compromisos ambiciosos en esta COP. Cumplir el Acuerdo Climático de París es ahora más importante que nunca”, ha declarado Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace España.
«La catástrofe de Valencia nos ha mostrado la urgencia de poner los recursos económicos al servicio de la reparación de las pérdidas y daños que causa el cambio climático, la importancia de poner en marcha planes de adaptación para estar mejor preparados frente a impactos cada vez más severos y dejar de echar leña al fuego con la quema de combustibles fósiles. Luchar contra el cambio climático es salvar vidas», afirma Pedro Zorrilla, representante de Greenpeace España en la delegación internacional de Greenpeace en la COP29.
Jasper Inventor, jefe de la delegación de Greenpeace Internacional en la COP29, incide: «Las tormentas y las inundaciones destruyen ciudades y la gente muere: la esperanza está en la acción por el clima. Pero la acción depende de la financiación climática y de exigir responsabilidades a los contaminadores. Las empresas de combustibles fósiles y los grandes contaminadores deben pagar de una vez por todas por las pérdidas y los daños que han causado. Los líderes tienen el poder de hacer cumplir esta justicia y deben actuar ya. El plan de rescate es la decisión de la COP28 de abandonar los combustibles fósiles, una vía que debe desembocar en ambiciosos planes de acción climática para 2035 que eliminen progresivamente el carbón, el petróleo y el gas. Nuestro clima está con respiración asistida y los líderes políticos deben dar un paso al frente y tomar las medidas urgentes necesarias”.
En la COP29, Greenpeace pide:
- Un ambicioso objetivo financiero, el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG, por sus siglas en inglés), que comprometa a los Gobiernos a aumentar significativamente la financiación pública a los países del Sur Global para la adaptación, la mitigación y las pérdidas y daños, y que haga pagar a la industria de los combustibles fósiles y a otros grandes contaminadores.
- Implementar el acuerdo de la COP28 para abandonar los combustibles fósiles, que incluya un alineamiento de los planes de acción climática de los países para 2030 y 2035 con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C.
- Asegurar que las reglas que se establezcan sobre compensaciones y mercados de carbono garanticen proteger y restaurar los ecosistemas densos en carbono de alta integridad.
En palabras de Tracy Carty, experta en política climática de Greenpeace Internacional: «Se espera que el NCQG establezca los términos que determinen quién paga los crecientes costes de la acción climática durante la próxima década y más allá, y si los países y comunidades menos responsables de causar la crisis climática obtienen el apoyo que necesitan urgentemente y al que tienen derecho. A medida que aumentan los costes humanos de la inacción, los billones en subvenciones que recibe la industria de los combustibles fósiles y los beneficios que obtiene eclipsan la financiación climática para los países del Sur Global. El NCQG debe rectificar esta injusticia y hacer que los contaminadores paguen por los daños y perjuicios que han causado. Se necesitan billones de dólares para los planes de acción climática de los países del Sur Global: el principal resultado del NCQG debe ser un compromiso inequívoco por parte de los países ricos desarrollados de aumentar significativamente la financiación pública para ayudar a estos países a responder a los crecientes impactos climáticos y a la transición a las energías renovables”.
Tras el fracaso de la cumbre sobre la diversidad biológica (COP16 de la CBD), cuyas negociaciones sobre financiación para proteger la naturaleza y la prohibición de los subsidios dañinos han sido bloqueadas por grandes corporaciones alimentarias y farmacéuticas, la biodiversidad está más en riesgo que nunca por los impactos del cambio climático. La organización ecologista hace una desesperada llamada a la acción para la COP29.