En el tema de las edificaciones sustentables pareciera que todo es válido siempre que la palabra ecoeficiencia tenga alguna participación, y para construir con conciencia ecológica sólo hay que tener un poco de creatividad y voluntad, así que quizá los desechos sólidos no son tan desechables en su totalidad.
La sostenibilidad, concepto de moda y muy usado en el área socio económica y ambiental, se aplica también cuando hablamos de la permanencia de las obras en el tiempo. Este concepto debe prevalecer cuando diseñamos, implantamos, construimos y mantenemos una obra de la naturaleza, cualquiera que sea, pensada en el largo plazo. Al hablar de sostenibilidad estamos hablando de estructura, funcionalidad, costos, duración y responsabilidad ambiental, y es así como surgen los principios de eficiencia y eficacia y la incorporación de tecnologías y sistemas de control en áreas de la construcción como las instalaciones de aires acondicionados; sensores de ocupación; calefacción; ventilación natural; suministros; usos, reutilización y descargas de agua; calentadores; sistemas de prevención de incendios; seguridad; inversión y transporte interno, entre otros. De igual forma surge el uso de materiales ecoamigables – reusables y bajos en componentes tóxicos- y la implantación de prácticas ambientales responsables como la separación en origen y el reciclaje.
En el empeño por brindar seguridad, confort, telegestión, comunicaciones, entretenimiento y gestión energética se desarrollaron en las construcciones sostenibles los sistemas que automatizan y gestionan los distintos recursos de la edificación haciendo ecoeficientes sus instalaciones, dando origen al concepto de domótica. Estos sistemas de automatización que promueven ecoeficiencia se pueden trasladar a un conjunto de viviendas, a un edificio de oficinas -inmótica- o a una ciudad -urbótica-.
Al hablar de la sostenibilidad de la construcción no podemos aislarnos de la sostenibilidad de su entorno, de la ciudad, del caserío. Esta construcción debe estar insertada en un espacio donde se aprovechen los recursos naturales existentes sin violentar el ambiente -contaminándolo o anarquizándolo- y sobre todo rescatando zonas deterioradas; humanizando el contexto y transformándolo en áreas que brinden calidad, seguridad y confort. El resultado de hacer el entorno sostenible es la obtención de bioconstrucciones con plantas biopurificadoras de aguas servidas, los ecobarrios y ecoaldeas, que a la postre derivan en calidad de vida para sus habitantes.
Como medida de avance en las construcciones sostenibles el US Green Building Council (Consejo americano de la edificación verde) ha creado las certificaciones LEED (Liderazgo en diseño energético y ambiental). Éstas están en permanente evaluación para su mejora y obedecen a un conjunto de normas sobre la sostenibilidad, eficiencia en el aprovechamiento del agua, energía e impacto atmosférico, materiales y recursos empleados, calidad del ambiente interior, e innovación y proceso de diseño. El parámetro con mayor valor para obtener las certificaciones LEED es el del uso eficiente de las energías. Con este conjunto de normativas y sus índices de medición se trata de estandarizar y cuantificar las variables que inciden en la ecoeficiencia de una construcción verde, porque no se mejora lo que no se mide y debemos medir lo correcto correctamente. Según la certificación LEED que obtenga la edificación significa que reduce entre el 30% y el 70% de energía de uso convencional, del 30% al 50% de agua, entre el 50% y el 90% del costo de los residuos, y el 35% de las emisiones de dióxido de carbono (CO₂), esto se traduce en mejoras en la calidad del aire, del agua y en la reducción de los residuos sólidos en la zona de implantación de la edificación.
Aunque parezca extraño afirmarlo, los edificios tradicionales son productores de emisiones de carbono, ese gas que al igual que el metano promueve el calentamiento global. En ciudades como New York los edificios son responsables del 80% de las emisiones anuales de CO₂, generando más dióxido de carbono que los carros.
Construcción en Taiwán: ecoeficiente y sostenible
En contraposición al caso de las edificaciones citadas de New York escribiremos sobre el centro de exposiciones EcoArk, situado en la ciudad de Taipéi que fue construido con 1.5 millones de botellas de plástico sobre una estructura de acero.
El edificio de tres pisos, 26 metros de alto y 130 metros de ancho costó 3 millones de dólares y su enfriamiento se diseñó naturalmente a través de una gran cascada de agua de lluvia almacenada. Se alimenta con iluminación natural y con energías limpias, es tifón y sismo resistente y su peso le da flexibilidad para su reubicación, pues se puede deconstruir e implantarse en otro espacio. Su arquitecto diseñador, Arthur Huang, estableció que mientras buscaban qué tipo de material podrían usar para fabricar el edificio se dieron cuenta de la gran cantidad de botellas plásticas (PET) que había en las papeleras y que debían darle utilidad, de esa forma decidieron usarlas y hacer un llamado al reciclaje (The China Post).
Su promotor, el Far Eastern Group, es un grupo cuya actividad económica está basada en la construcción y los servicios financieros. Bajo el lema «la sostenibilidad no puede esperar», financió la construcción del edificio sacando 1.5 millones de botellas plásticas de la corriente de la basura. Posteriormente, donó la edificación al ayuntamiento local de Taipei para ser usada en la Feria Internacional de la Flora.
En todo lo descrito hasta ahora sobre EcoArk, hablamos en el fondo de la voluntad política ambiental de los gobernantes y ciudadanos de un país llamado Taiwán y de la ciudad llamada Taipéi, donde sus líderes han estructurado políticas públicas para construir poco a poco una isla ecológica, ambientalmente vivible, con calidad de vida para sus habitantes, y por lo tanto han llegado al convencimiento del valor de su ambiente y de sus recursos, al mismo tiempo que reconocen la importancia de reciclar: allí el reciclaje es ley; existe un Acta para la eliminación de los desechos sólidos, lo cual promovió la creación de esta edificación verde, sostenible.
Se trata de cambiar paradigmas en el abordaje de cómo construir soluciones estructurales y funcionales con calidad para los ciudadanos, y de cómo construir una ciudad o cómo se adapta la urbe a estos nuevos enfoques.
Fuente_Ecoticias Enviado por: Evelyn Pallotta – Bióloga ecóloga. Analista ambiental. Actualmente se desempeña como Directora General de Ecología y Ambiente del Edo. Miranda – Venezuela.