La ONU también apuesta por el Corredor Mediterráneo, pero de árboles. El proyecto se llama «Ardilla» y tiene como objetivo último, a varias décadas vista, crear una continuidad forestal entre Tarifa y los Pirineos, para que la ardilla romana, como en la leyenda, pueda volver a atravesar la Península Ibérica sin echar pie a tierra. La iniciativa, en marcha desde hace meses, parte de la campaña «Plantemos el Planeta España», una entidad sin ánimo de lucro que pertenece al programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Y la Comunitat Valenciana es un punto estratégico de una propuesta que pretende restaurar y conectar los bosques andaluces con los franceses. Según explica José Lindo, director del proyecto, la planificación de «Ardilla» en la Comunitat Valenciana está «muy adelantada».
Este particular corredor mediterráneo forestal saldrá de Tarifa y recorrerá el litoral andaluz y Murcia hasta alcanzar territorio valenciano. El trazado atravesará los espacios naturales de la Sierra Escalona hacia el Parque Natural del Hondo en Elx, subiendo hacia el Paisaje Protegido del Maigmó, los Parques Naturales de Font Roja y Mariola, en la provincia de Alicante.
Una vez en Valencia, el corredor pasará por la Serra de Enguera, el Macizo del Caroig, el Parque Natural de Sot de Chera, del Túria y Calderona. Ya en Castelló se unirán el Parque Natural de la Serra d’Espadà, el Desert de les Palmes, la Serra d’Esparreguera, el Parque Natural del Penyagolosa, la Sierra de Vallivana y el Parque Natural de la Tinença de Benifassà.
El trazado principal que formará el corredor «Ardilla» se complementará con subcorredores que conectarán las ciudades de la costa y sus espacios naturales con el corredor, explica José Lindo.
El recorrido de esta línea de conectividad ecológica sigue las directrices del Plan de Infraestructura Verde y del Paisaje de la Comunitat Valenciana, ya que es la administración la que decide el recorrido. La iniciativa pretende implicar a cada comunidad para que construya su propio corredor interno de modo que pueda conectarse a los de otras autonomías hasta crear un pasillo ecológico que una Tarifa con Francia. Antes de fin de año se prevé contar con un proyecto de corredor en cada comunidad.
Al margen de la implicación de la Generalitat, desde hoy mismo arranca una campaña de captación de apoyos entre administraciones públicas, asociaciones conservacionistas y empresas valencianas.
Entre los obstáculos que se plantean para la viabilidad del proyecto figura el de implicar de muchos propietarios de espacios privados. Y es que para poder lograr ese concepto de «conectividad ecológica» el programa deberá crear «hábitats puente» para unir los espacios naturales a través de la plantación de árboles. «Es difícil pero viable», apunta José Lindo.
Además del mediterráneo, el proyecto contempla otros corredores que unirán los bosques de España, como el que, saliendo también de Tarifa, suba por Castilla-la Mancha. En el caso del corredor costal, a lo largo del Mediterráneo, se prolongará hasta Francia, territorio gestionado por la oficina nacional francesa de los bosques. Luego, por un lado seguirá la costa Azul francesa bajando hacia el sur de Italia a través de un largo corredor mediterráneo; y por el otro lado subirá hacia el centro de Europa para unirse al gran cinturón verde centroeuropeo. La primera red de corredores de la Península representa un total de unos 4000 km.
Hasta la fecha, la campaña de la ONU «Plantemos para el Planeta» ya ha logrado plantar 47 millones de árboles en España, un árbol por habitante. Desde este programa defienden el valor ecológico de los bosques, que son el hábitat del 90 % de las especies animales y vegetales; pero también su valor económico. «Científicamente se han valorado los servicios recreativos, productivos y ambientales de los bosques en España en 4.653 millones de euros en renta anual», explica José Jiménez, director general de Medio Natural y Política Forestal del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
El mito de la «ardilla» convertido en realidad
El proyecto que desarrolla la campaña «Plantemos el Planeta», del programa de la ONU para el Medio Ambiente, comenzó a gestarse hace 20 siglos. Y es que, según explican, la idea está inspirada en el mito de la «ardilla viajera», atribuido a Plinio y a Estrabón. Se decía que en tiempos remotos era tal la continuidad de los bosques ibéricos que una ardilla podía recorrer la Península de costa a costa por las copas de los árboles sin necesidad de descender a tierra.
Desde esa idea, este proyecto pretende lograr la conectividad entre los espacios naturales, permitiendo una mejor preservación y gestión de los ecosistemas naturales. Y a través de esos corredores ecológicos, el proyecto «Ardilla» aspira a ser una pasarela para las migraciones de las especies de fauna y flora entre distintos territorios. «Durante años hemos creado nuestra red de infraestructuras estratégica, corredores ferroviarios, autovías, etc. Ha llegado el momento de crear una infraestructura verde», concluye.