Agentes del Servicio Territorial de Medio Ambiente han denunciado a seis cazadores que estaban utilizando dispositivos electrónicos no permitidos por la Ley de Caza de Castilla y León. Tres de ellos fueron denunciados en un coto de caza de Burgos limítrofe con Palencia, ……en la finca de San Salvador del Moral, en la que los agentes medioambientales descubrieron, dispersos por el monte, cinco reclamos electrónicos con sus altavoces y alimentados con baterías de camión. Dicha práctica perseguía el objetivo de agrupar, de forma artificial y masiva, a las pequeñas gallináceas para luego ser abatidas por los cazadores, que fueron sorprendidos al lado de los reclamos.
Los otros tres cazadores fueron denunciados en el coto de Castrillo Matajudios. Fueron descubiertos durmiendo junto a cuatro reclamos prohibidos que habían colocado con el fin de concentrar codornices para cazarlas al amanecer. El uso de estos dispositivos electrónicos supone una práctica ilícita que castiga en exceso las poblaciones de estas aves de por sí diezmadas por su caza a lo largo de la temporada, y que ya en esta época se van juntando para marchar de los campos castellanoleoneses. Juego sucio
Además, éstas, son acciones poco deportivas y ciertamente se podría calificar de «juego sucio», ya que detrae caza de los cotos colindantes que se ven privados de las codornices que captan dichos aparatos. Conforme a lo establecido en la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, de carácter estatal, en relación con la actividad cinegética y acuícola en aguas continentales, quedan prohibidas la tenencia, utilización y comercialización de todos los procedimientos masivos o no selectivos para la captura o muerte de animales.
En particular, los enumerados en su Anexo VII, entre los que figuran los grabadores y magnetófonos, aparatos electrocutantes, dispositivos eléctricos y electrónicos que pueden matar o aturdir, las trampas no selectivas en su principio o en sus condiciones de empleo, redes, cepos, trampas-cepo, venenos, cebos envenenados o tranquilizantes, ligas, etcétera. Este tipo de infracciones, aunque se calificasen como leves por su gravedad, ya tienen aparejada sanciones económicas de 500 a 5.000 euros.