El 24 de octubre de 1929 fue un día dramático en la Bolsa de Nueva York. Fue una de las primeras muestras de los efectos devastadores que podía tener una economía de casino ligada a la especulación y a la obtención de beneficios inmediata. Lamentablemente, para Ecologistas en Acción, aquella experiencia no sirvió para articular un sistema económico al servicio del bienestar público y de la satisfacción de las necesidades para todas las personas, de lo que es buena muestra la actual crisis sitémica.
El 82 aniversario del Crack del 29 debe incitar a la reflexión ante la crisis actual. Para Ecologistas en Acción es preciso cuestionar un modelo socioeconómico que presenta enormes problemas tanto cuando crece como cuando hay recesión.
El crecimiento económico basado en la burbuja urbanística que hemos vivido en el estado español ha supuesto un endeudamiento desproporcionado de las personas, que mientras se hipotecaban, se percibían a sí mismas como inversionistas; una disminución real de los salarios medios; un profundo deterioro de las condiciones materiales que permiten la vida humana (destrucción de suelo fértil y del litoral, deterioro de los ciclos vitales, agotamiento de recursos no renovables, alteración de las dinámicas reguladoras del clima, incrementos de contaminación de agua, tierra y aire, así como el expolio de los recursos y territorios de los países de la Periferia). Mientras, los que sí eran de verdad inversionistas, han obtenido en este período unos enormes beneficios.
Por otra parte, cuando el sistema deja de crecer y se entra en recesión, los gobiernos tratan de reducir el déficit aplicando las directrices del FMI o de la Unión Europea: asaltar los bienes comunes que quedan, asumir públicamente las deudas de bancos y transferir al mundo privado de los hogares, es decir a las mujeres en el marco de esta sociedad patriarcal, una buena parte de lo que antes, aunque de forma insuficiente, cubría la protección pública. Mientras, los mismos que se enriquecieron durante el período de crecimiento, reciben los recursos que se extraen de los sectores que están pagando la crisis.
El sistema económico capitalista destruye y explota personas y naturaleza tanto cuando crece como cuando se encuentra en recesión. Por ello, para Ecologistas en Acción es urgente acometer un proceso de reconversión del modelo de producción y de distribución de la riqueza, de tal modo que la economía se ajuste a los límites que presenta la naturaleza reduciendo la huella ecológica estatal, y se avance en mecanismo de distribución y reparto de la riqueza y de todos los trabajos, los remunerados y los que se realizan de forma invisible en los hogares. Si los recursos físicos son limitados, la única forma de caminar a sociedades igualitarias es repartir la riqueza, por ello luchar contra la pobreza y la vulnerabilidad social, es lo mismo que luchar contra la riqueza excesiva y obscena, la sobreacumulación.
Desbancar a los mercados como epicentro de la sociedad y poner a las personas y su bienestar en el centro puede suponer la reorientación de una economía que se centre en la satisfacción de las necesidades para todas las personas, en un producción ligada a la resolución de estas necesidades y en la estimulación de los trabajos socialmente necesarios. En este sentido la agroecología, la rehabilitación energética de edificios, un modelo de transporte colectivo, los bienes relacionales o el cuidado de la vida humana pueden ser ejemplos de ámbitos de generación de empleo social y ecológicamente necesarios siempre y cuando no se enfoquen exclusivamente a generar plusvalías y beneficios. El cambio es fundamentalmente político.
Estas y otras muchas cuestiones relacionadas con la defensa del medio ambiente y una sociedad más justa y solidaria, serán debatidas y analizadas por expertos y representantes de la sociedad civil en el Congreso de Estatal de Ecologistas en Acción, que tendrá lugar en El Prat de Llobregat (Barcelona), del 2 al 4 de diciembre de 2011.http://www.ecologistasenaccion.org/article2011.html