La conferencia de la ONU sobre desarrollo sostenible Río+20, que se celebrará en Río de Janeiro el próximo junio, discutirá tres opciones para crear un órgano ambiental mundial de forma complementaria a la probable reforma del PNUMA.
La comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, viajará a Brasil el próximo lunes, donde mantendrá varias reuniones bilaterales con ministros y otras autoridades locales para tratar cuestiones relacionadas con el cambio climático y el crecimiento económico verde. En la foto de archivo, sequía en la Amazonía brasileña. EFE/Diario Do Amazonas/Chico Batata
El negociador jefe de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, dijo hoy en una rueda de prensa que «existe un consenso» de la necesidad de «fortalecer» el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) para asignarle un presupuesto fijo, dotarlo de funciones ejecutivas y ampliar el número de miembros.
Figueiredo explicó que algunos países quieren convertir el PNUMA en una agencia de la ONU, mientras que otros, como es el caso de Brasil, no desean «crear una nueva burocracia».
«Queremos un fortalecimiento real del PNUMA, darle medios adecuados para que ejerza sus funciones, que actúe de cerca como socio de los países, que sirva de facilitador para la implementación de políticas públicas en área ambiental y como motor de capacitación en esta área», afirmó Figueiredo.
Tres opciones
De forma paralela a la reforma del PNUMA, se manejan tres opciones para crear un organismo en el ámbito de Naciones Unidas que estaría encargado de elaborar las directrices políticas para alcanzar las metas del desarrollo sostenible, según el diplomático brasileño.
La primera opción que se estudia es transformar el Consejo de Desarrollo Sostenible de la ONU en una Comisión, lo que implicaría «ascender de categoría».
La segunda propuesta contempla agregarle funciones «ambientales» al Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC) y la tercera, crear en el seno de Naciones Unidas un foro a nivel ministerial sobre desarrollo sostenible.
Según el funcionario brasileño, la Río+20 «no pretende legislar», no tendrá capacidad de establecer obligaciones a los países y se marcará como objetivo trazar metas concretas para contribuir a la plena implementación de los principios del desarrollo sostenible y de la «economía verde».
Brasil pretende que todos los países, «no solo los emergentes», adopten objetivos de desarrollo sostenible y de erradicación de la pobreza.
No obstante, Figueiredo admitió que algunos países «temen» que la adopción de objetivos concretos en materia de economía verde se pueda utilizar como excusa «para establecer barreras en el comercio internacional» contra los que no los apliquen.
Los organizadores de la Río+20 esperan la participación de un centenar de jefes de Estado y de Gobierno en esta cita, que se celebrará en Río de Janeiro veinte años después de la Cumbre de la Tierra, convocada en esa misma ciudad en 1992, que sentó las bases del desarrollo sostenible contemporáneo. EFEverde