El nuevo reglamento europeo del vino ecológico «será beneficioso para el sector y para el desarrollo rural en España», destacan desde la Sociedad española de Agricultura Ecológica. Esto fue lo que manifestaron los expertos que participaron en el 3º Simposio de Calidad Agroalimentaria ecológica, que se celebró en Valencia la semana pasada, entre los días 10 y 11 de octubre.
El nuevo reglamento europeo del vino ecológico aprobado por la Comisión Europea que entró en vigor el 1 de julio, tras 20 años de espera, será beneficioso para el sector y para el desarrollo rural en España. Así lo manifestaron los expertos que participaron en el 3º Simposio de Calidad Agroalimentaria ecológica, organizado por la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE) y WWF, los pasados 10 y 11 de noviembre en Valencia. Al evento, realizado en colaboración con la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), asistieron más de 60 personas de varias comunidades autónomas.
La citada norma es un acuerdo de mínimos entre productores de diferentes partes de la Unión Europea, que permite usar la denominación de vino ecológico para los caldos elaborados con estas normas y, a la vez, sienta las bases para su mejora permanente en el futuro, en aquellos aspectos donde fue más difícil llegar a consensos, tales como el uso de dióxido de azufre, el empleo de prácticas enológicas más acordes con el respeto al medio ambiente o el uso de técnicas y aditivos más naturales, entre otras cuestiones.
Al contrario de lo que se pensó en un primer momento, el reglamento de ejecución UE 203/2012 del vino ecológico, impulsará la elaboración de vino dentro del marco de los principios de la producción ecológica y apoyará el desarrollo rural sostenible. Los citados principios tienen que ver con el impulso de sistemas ecológicos que utilizan recursos naturales propios, la restricción del recurso a medios externos o la estricta limitación del uso de medios de síntesis o la adaptación de las normas de la producción a la situación sanitaria local, las diferencias regionales climáticas.
Asimismo, una vez puesto en práctica, este reglamento va a facilitar la incorporación de innovaciones tecnológicas «ecológicas», como por ejemplo el uso de tapones de corchos FSC en el vino embotellado, que irán mejorando el valor añadido de esta industria ecológica, que se sitúa en el medio rural y cuyos beneficios repercuten directamente en el territorio.
Conseguir el consenso en este aspecto ha sido posible gracias al fomento del intercambio entre vitivinicultores ecológicos europeos que han promovido organizaciones del sector de Alemania, España, Francia, Italia y Suiza para que conocieran de forma directa, de agricultor a agricultor y de bodeguero a bodeguero, las razones del uso de distintas prácticas enológicas en los países elaboradores y la alianza de algunas organizaciones en torno a la llamada Carta Europea de Vinificación Ecológica.
Asimismo, las recomendaciones del proyecto Orwine, tras sus trabajos de consulta a productores y consumidores y de investigación en bodegas, en el que han participado expertos de SEAE apoyando al Grupo europeo de la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Ecológica (IFOAM EU), han sido decisivas para lograr una norma europea como la actual, que no ofrece mayores problemas para la elaboración del vino ecológico a los operadores y que supone un espaldarazo a la comercialización de este producto típicamente mediterráneo.