La necesidad de conservar la biodiversidad, de mantener una buena calidad del aire, de realizar una buena gestión del agua y los residuos, así como de luchar contra el cambio climático, nos empuja, ineludiblemente, a realizar un cambio en nuestra forma de producir y consumir.
Por ello, las empresas están llamadas a desempeñar un papel clave como motores de una nueva economía baja en carbono y ambientalmente sostenible. Una economía que aporte bienestar a nuestra sociedad y garantice el futuro de las generaciones venideras.
Hoy sabemos que el 40 % de la economía mundial depende de contar con unos ecosistemas sanos, por lo tanto el modelo productivo y de consumo tiene que salvaguardar nuestro planeta de la degradación ambiental.
Ha llegado el momento de adoptar un modelo de negocio competitivo e innovador que nos permita generar beneficios a múltiples niveles. Un modelo de negocio rentable, que aporte beneficios a la sociedad y al medio ambiente.