El calentamiento global avanza y la culpa es nuestra. El quinto informe de expertos de Naciones Unidas sobre cambio climático disipa cualquier duda sobre la responsabilidad del ser humano como causante de una subida de temperaturas de efecto catastrófico. Se ha presentado en un escenario de inmovilismo político, a nivel estatal e internacional, respecto al mayor problema que afecta al planeta. Ecologistas en Acción reclama acciones decididas, que en el caso español pasan por el sector eléctrico.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) no deja espacio para la especulación en su reporte de valoración ARC5. Desde el anterior, publicado en 2007, el consenso científico sobre el calentamiento global y sus causas se ha acrecentado. Las emisiones de CO2 y a los cambios de usos del suelo han provocado el calentamiento y es el ser humano el causante de ello.
En el último siglo la temperatura media global ha aumentado en 0’8 ºC, se ha incrementado el nivel del mar, se han acidificado los océanos al absorber CO2 atmosférico, se ha producido una merma sustancial en el hielo y la nieve en polos y glaciares, y todo ello, debido a la quema de combustibles fósiles y a la degradación de los ecosistemas.
Las predicciones sobre el futuro dependen en gran medida de las medidas que se tomen. Aún se está a tiempo de frenar el calentamiento global y limitarlo a 1’5 ºC, por debajo del límite que se considera seguro para no provocar cambios aún más dramáticos, pero es necesario actuar con contundencia y determinación a nivel global.
Este límite de seguridad intenta limitar los impactos a niveles asumibles (menor aumento del nivel del mar, descenso del pH, variación en el patrón de precipitaciones, frecuencia y virulencia de los fenómenos meteorológicos extremos, etc.). Para conseguir este objetivo, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deberían alcanzar su máximo en el año 2015 como muy tarde y, a partir de ese momento, comenzar a disminuir.
Para ello es imprescindible que los gobiernos de todo el Mundo tomen la decisión de encaminar a la humanidad hacia una sociedad de bajas emisiones. En el caso del Estado español, esto es aún más urgente, puesto que las políticas desarrolladas hasta el momento agravan el problema en lugar de representar siquiera un atisbo de solución. El último mazazo a la lucha contra el cambio climático, pero también a la recuperación económica y social, es la reforma del sector eléctrico que se debatirá hasta diciembre en las Cortes. En lugar de promover el ahorro, la eficiencia, y las energías renovables se opta por continuar quemando combustibles fósiles y desincentivar el ahorro y el autoconsumo. Una decisión suicida.
Ecologistas en Acción insta a todas las administraciones públicas a luchar de forma efectiva contra el calentamiento global y la dependencia de los combustibles fósiles. La reforma del sector eléctrico debe plantearse de forma totalmente contraria a la actual, dando tiempo suficiente para la participación ciudadana. El ahorro en materia energética es una necesidad y las energías renovables son hoy una opción viable a nivel técnico y económico. Es necesario también replantear el sistema de transporte, la agricultura, el consumo y el ahorro energético en edificios, para reducir la factura energética y el impacto medioambiental.
Las administraciones públicas tienen la responsabilidad de impulsar un cambio de modelo, pero la ciudadanía no puede esperar más. A nivel individual, familiar y comunitario se debe reclamar a las administraciones que luchen contra el cambio climático, y al mismo tiempo poner en marcha medidas para reducir la huella de CO2.
Rodrigo Irurzun | Ecologístas en Acción