El nuevo Código Técnico de Edificación entrará en vigor en marzo y afectará no sólo a las viviendas de nueva construcción como hasta ahora, sino que también afectará a aquellas reformas que se realicen en edificios antiguos.
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, en España existen alrededor de 26 millones de viviendas, 21 de las cuales tiene más de 30 años y 2 millones están en mal estado. El 60% de estas viviendas se construyeron sin seguir ningún tipo de normativa energética.
La nueva normativa se adapta a las peticiones europeas que exigen unos requisitos mínimos para controlar el gasto energético. A partir de marzo tanto las nuevas construcciones como las reformas que se realicen en edificios antiguos tendrán que alcanzar al menos el nivel D del Certificado de Eficiencia Energética. La etiqueta energética, que también se aplica a los electrodomésticos, alcanza la máxima eficiencia “A” y la mínima ”G”. El estándar actual se sitúa a mitad de la escala. Los edificios destinados a oficinas o naves, deberán obtener una calificación “A” o “B”
Según los datos del IDAE, sería necesario rehabilitar una media de 400.000 viviendas por año para cumplir con las exigencias Europeas en 2018 y 2020.