Hoy 9 de diciembre, la asociación ecologista Amigos de la Tierra España conmemora sus 35 años de trabajo, pero además este año, también celebra los dos premios otorgados a su centro de educación ambiental, As Corcerizas, gestionado por el grupo local Amigos da Terra Galicia [1].
Amigos de la Tierra España lleva desde 1979 trabajando en campañas para promover unas políticas con las personas y la Tierra en el centro. Su seña de identidad y uno de sus principales objetivos es destacar la importancia de la relación indisociable del entorno y sus habitantes.
Esta fecha es un momento para echar la vista atrás y tomar impulso hacia adelante para continuar con su trabajo. La asociación denuncia graves problemas, pero siempre resalta sus posibles soluciones. A lo largo de estos años, la ONG ha sido clave en múltiples batallas para defender el medio ambiente.
Amigos de la Tierra ha sido una de las organizaciones que ha encabezado la lucha contra los transgénicos en España. Este trabajo ha sido definitivo para, junto a otros colectivos, lograr la paralización de varios experimentos con transgénicos al aire libre: el cultivo de un arroz con genes humanos en Castellón y el experimento con moscas transgénicas en Tarragona [2].
Desde hace 15 años el compostaje ha sido otra de sus apuestas. Aunque es ahora cuando podría ser más tenido en cuenta en la gestión de residuos, sus proyectos para gestionar la materia orgánica han alcanzado a más de 40.000 personas.
Además de promover unas políticas sostenibles y sensibilizar a la ciudadanía, la organización ecologista trabaja en proyectos de cooperación en zonas de gran biodiversidad de Centroamérica. Gracias a su trabajo, la UNESCO ha declarado dos áreas Reserva de la Biosfera, Río San Juan y la Isla de Ometepe en Nicaragua [3].
Todo este trabajo no sería posible sin el apoyo de sus grupos locales que, con su dedicación, han evitado la construcción de carreteras, polígonos industriales o urbanizaciones en áreas de alto valor ambiental, así como movilizar a miles de voluntarios. Amics de la Terra Mallorca, en colaboración con diferentes entidades, consiguió frenar el proyecto de ampliación de una carretera de montaña en la Sierra de La Tramuntana. El grupo de Ibiza evitó la urbanización de un espacio protegido en Es Amunts, lo que fue una de las primeras condenas por delito ambiental en la isla [4]. Amigos da Terra Galicia, tras la catástrofe del Prestige, reunió a miles de personas que participaron en la limpieza de las costas gallegas. Estos son solo unos ejemplos de todos los retos que ha superado la organización a lo largo de estos año.
La pertenencia de Amigos de la Tierra a la federación ambientalista más extensa a nivel mundial, Amigos de la Tierra Internacional, garantiza un trabajo coordinado y horizontal de lo local a lo global. Hace poco más de un año, el trabajo conjunto permitió juzgar y condenar a Shell; por primera vez una empresa era castigada por sus crímenes en el extranjero, una gran victoria de la federación [5].
“La celebración de estos 35 años es posible gracias a todas las personas y colectivos que han apoyado a Amigos de la Tierra. Vamos a seguir luchando para fomentar la agricultura local y ecológica, las energías comunitarias renovables y la gestión eficiente de los recursos naturales, soluciones a muchos de los problemas sociales y ambientales que viven nuestras sociedades”, ha señalado Liliane Spendeler, directora de la asociación.
Liliane Spendeler | Amigos de la Tierra