La organización presenta un estudio en el que desgrana y analiza las consecuencias ambientales y sociales de este modelo de negocio que arruina las pequeñas producciones familiares en la Comunidad Valenciana. Alerta además de que en esta comunidad autónoma se encuentran las dos ganaderías industriales más contaminantes de España: en Catarroja y en Benlloch
La semana pasada el presidente de Castilla La Mancha anunció la puesta en marcha de una moratoria con rango de ley para que no se puedan tramitar nuevos proyectos de macrogranjas en la región. Una noticia celebrada por Amigos de la Tierra que hoy lanza una petición a la Generalitat Valenciana para que establezca una norma que pongan fin a las nuevas explotaciones de ganadería industrial, así como prohibir cualquier ampliación de las instalaciones ya existentes.
La organización ecologista señala que con esta decisión Castilla-La Mancha marca el pistoletazo de salida para las próximas moratorias a la ganadería industrial en los territorios del Estado y que la próxima comunidad autónoma que siga sus pasos puede ser la Comunidad Valenciana. “Se trata de un claro ejemplo de que las Administraciones, si quieren, pueden promover políticas públicas para frenar la ganadería intensiva en nuestro país”, ha señalado Andrés Muñoz, responsable de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra.
Con este preludio, Amigos de la Tierra y Food and Water Action Europe han presentado hoy en Valencia el informe ‘El Sector Ganadero en el País Valenciano, una oportunidad para impulsar la ganadería extensiva y ecológica’, a través del cual urgen a la Administración Valenciana a erradicar antes de 2030 este modelo ganadero que pone en jaque la salud de la población y al medio ambiente, además de arruinar fincas familiares de ganadería extensiva. Y es que, según ha señalado Andrés Muñoz Rico, coautor del informe y responsable de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra, “el apoyo desmesurado a las explotaciones industriales en detrimento de la ganadería extensiva ha agravado la situación del sector que ha pasado de tener un carácter familiar y de pequeña escala a concentrarse en unas pocas empresas multinacionales. Ejemplo de ello es lo ocurrido con las explotaciones avícolas y porcinas en las comarcas del interior como Los Serranos, la Plana de Utiel-Requena, el Alt Maestrat y Els Ports”.
La situación de España es alarmante. El Estado español es líder en número de cerdos en la Unión Europea, con el 22 % del censo comunitario en 2020, y produce más del doble de carne porcina de la que necesita para autoabastecerse. El sector porcino lleva años de cifras récord, con 56 millones de cerdos sacrificados en 2020.
La Comunidad Valenciana, aun estando en una situación de privilegio respecto a otras comunidades autónomas al tener un sector ganadero diversificado con una fuerte presencia en proyectos productivos de pequeña escala y familiares, tiene a sus puertas la amenaza de la expansión de la producción cárnica. La región linda con cuatro de las comunidades autónomas con más explotaciones de ganadería industrial, de hecho, Aragón y Cataluña ostentan el primer puesto, lo que la convierte en una presa fácil para la industria.
Principal foco de emisión de gases de efecto invernadero
Según desgrana el informe, el modelo de producción industrial tiene impactos muy negativos tanto medioambientales como sanitarios y su actividad se ha convertido en uno de los principales focos de emisión de gases de efecto invernadero. A ello se suma la contaminación del agua y del aire, provocada por los desechos del ganado (purines), con cantidades ingentes de sustancias tóxicas como amoniaco y nitrógeno que afectan directamente a la salud de la población local y deterioran la flora y fauna de la zona.
Tanto es así que la Comisión Europea ha decidido llevar a España ante la justicia europea al entender que el país no ha adoptado medidas para evitar la contaminación de las aguas provocada por los nitratos derivados de esta actividad, tal y como exige la normativa comunitaria (Directiva de Nitratos de 1991). De hecho, dos macrogranjas valencianas, situadas en Catarroja y Benlloch, se encuentran entre las más contaminantes del Estado.
Asimismo, la ganadería industrial se ha relacionado directamente con la propagación de dos pandemias mundiales: la aviar y la porcina. La administración rutinaria de antibióticos a los animales está provocando – según señala la OMS- que haya más bacterias resistentes a la medicación y por tanto que las personas seamos más vulnerables a las infecciones.
Recuperar la ganadería extensiva ligada al territorio
La ganadería extensiva y semiextensiva valenciana, a pesar de no ser la producción mayoritaria, cuenta con casos de éxito ligados al territorio y con sólidas redes de apoyo, también formadas por movimientos sociales, lo que les proporciona una fuerte resiliencia.
“La ganadería extensiva y ecológica es una forma de vida, no es solo un negocio. Cada vez es más complicado abrirnos paso frente a una ganadería industrial que contamina, destruye puestos de trabajo y acaba con el mundo rural”, explica Fernando Robres, ganadero de vacuno en extensiva, que ha asistido a la presentación del informe. “Nuestro modelo apuesta por el medio ambiente, la población y el bienestar animal. Para proteger nuestro modelo necesitamos el apoyo de la Administración y de las organizaciones”, añade Robres.
En los últimos cinco años la Comunitat Valenciana ha perdido un censo de 22.315 ovinos y un total de 81 granjas dedicadas a la producción de estos animales. Aun así, permanecen en el territorio 1.376 granjas dedicadas a los pequeños rumiantes frente a las 880 de producción porcina. “Está claro que la ganadería extensiva a pequeña escala protege al mundo rural y favorece un empleo de mayor calidad al que se deriva de la ganadería industrial” añade Muñoz.
Peticiones a la Administración
En base a los resultados de este informe, Amigos de la Tierra y Food and Water Action Europe exigen políticas públicas que frenen la expansión de la ganadería industrial en la Comunitat y protejan el modelo de producción de pequeña escala y familiar. Para ello reclaman una moratoria para las nuevas explotaciones de ganadería industrial así como para cualquier ampliación y promueven la elaboración de un Plan autonómico de transición justa para el sector ganadero dotado de fondos económicos suficientes para consolidar la viabilidad de los proyectos de ganadería extensiva y tradicional.
Informe ‘El Sector Ganadero en el País Valenciano, una oportunidad para impulsar la ganadería extensiva y ecológica’
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