Amigos de la Tierra, CAS (Colectivos de Acción Solidaria), COAG (Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas, Justicia Alimentaria y Plataforma Rural han celebrado hoy 16 de noviebre la jornada “Toda la Carne en el Asador: Ganadería, Cambio Climático y Salud” para reflexionar en torno al papel de la ganadería en el cuidado del medio ambiente, el territorio y la salud de las personas. La jornada ha contado con la participación del sector ganadero, la visión ecologista y de defensa del territorio.
Mientras la producción ganadera familiar y a pequeña escala desparece a un ritmo alarmante, y los cierres se cuentan por miles cada año, la proliferación de macrogranjas amenaza con múltiples impactos sociales y ambientales a nuestro medio rural.
Ante esta situación es imprescindible un debate amplio en el que se ponga sobre la mesa los distintos modelos de producción ganadera, y cuáles son sus beneficios e impactos en cuanto al cambio climático, la salud y la generación de empleo.
Según Blanca Ruibal, coordinadora de Amigos de la Tierra, “el modelo de ganadería industrial importado de EEUU, que intentan imponer en nuestro medio rural, conlleva fuertes impactos ambientales, tanto a nivel local por la contaminación del agua y los suelos, como a nivel global. El principal destino del monocultivo de soja que está destruyendo ecosistemas valiosísimos como el Amazonas es la fabricación de piensos. Es necesario que los recursos escasos como el agua y el suelo se empleen en alimentar a las personas y no en seguir inflando la burbuja de la producción de carne barata”.
Por parte del sector agrario y ganadero Andoni García Arriola subrayó que «apostar por un sector ganadero con ganaderos y ganaderas profesionales, no con asalariados de macro-granjas, es la mejor garantía para una producción de carne sostenible desde el punto de vista económico, social y medioambiental. Un modelo social de ganadería en el que el valor no se concentre en unas pocas manos y se reparta de forma equitativa y justa entre todos los eslabones de la cadena impulsa la generación de empleo en el medio rural y la fijación de población en nuestros pueblos”.
En cuanto a los impactos en la salud de acuerdo a Javier Guzmán, director de Justicia Alimentaria, “el consumo actual de carne, sobre todo procesada, ha desbordado todo límite ecológico y saludable, es decir, su consumo nos está enfermando. En el Estado español habría 270.000 personas menos con dolencias cardiovasculares si el consumo de carnes procesadas fuera el recomendado, 1,8 millones de persones menos con diabetes y se podrían evitar 17.500 casos de cáncer colorrectal”.
Ángeles Santos, presidenta de Plataforma Rural y ganadera reivindica “que se reconozca la titularidad de las mujeres en las granjas y que se reconozca el papel que ha tenido y tiene en la defensa del modelo de ganadería familiar, social y sostenible”.