Ya en 2011, la producción global de plástico alcanzó los 300 millones de toneladas. Casi un tercio de esta cantidad se usa para fabricar envases desechables y, como resultado, seis millones de toneladas de basura van a parar a nuestros ríos y mares cada año. «La basura en entornos marinos constituye una grave, amplia y creciente amenaza para nuestras costas y océanos», afirma el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas y los estudios de la European Coastal and Marine Union y KIMO, una asociación internacional de municipios costeros.
Basura marina
Según un estudio de UNEP de 2011, los envases de bebidas suponen el 25% de las basuras en el Mediterráneo (UNEP, Mediterranean Action Plan – Assessment of Marine Litter in the Mediterranean Sea). No hay estudios recientes sobre la situación en el océano Atlántico, pero se estima que es similar.
¿Cuánto tiempo más pueden aguantar los océanos esta contaminación de miles de toneladas de basura? Los científicos no pueden contestar a esta pregunta, pero sí se sabe con certeza que la basura que arrojamos a los mares termina regresando a nosotros. El 70 % de los residuos en el Mediterráneo procedente de las Islas Baleares vuelve a las islas.
Aún más grave si cabe es el problema de los microplásticos, que son confundidos con alimentos por las especies marinas y llegan así a la cadena alimentaria humana. KIMO junto con varios institutos científicos han iniciado un estudio para analizar los efectos de la acumulación de estas partículas de plástico en el ser humano.
Según varios estudios internacionales, el impacto ecológico de la basura diseminada en los océanos (littering marino) es gravísimo: más de 1 millón de aves acuáticas y más de 100.000 mamíferos marinos mueren cada año; las islas flotantes de plástico se extienden por kilómetros cuadrados, la más grande de ellas del tamaño de Cuba.
¡Y los impactos económicos también son cuantiosos! Los municipios costeros del Reino Unido gastan unos 18 millones de euros al año y los de los Países Bajos y Bélgica 10,4 millones de euros en la limpieza de sus playas. No se sabe la cuantía de los gastos de los municipios costeros de España, pero será una cantidad muy importante. Hay que añadir los daños económicos para pescadores por rupturas de motores y redes así como los gastos para los puertos.
El turismo: generador y víctima del problema
También el turismo sufre la contaminación por residuos, no solamente la basura en las playas, sino en todo el entorno del destino turístico. Los turistas siguen demandando playas, mares y paisajes limpios. Según una encuesta del turoperador alemán TUI de 2011, más del 70% de sus clientes considera que la contaminación, especialmente debida a la basura, es el aspecto ambiental más importante por resolver.
Pero el turismo también forma parte del problema, porque produce basura. Según un estudio de la European Environmental Agency, el turismo generó el 6,8 % de la basura en Europa. Un turista produce hasta dos veces más basura que un residente.
Cada vez más, los turistas demandan vacaciones más sostenibles. En la encuesta realizada por TUI en 2011, la contaminación es uno de los aspectos más importantes a solucionar (71%). Un tercio de los alemanes realizó vacaciones en la naturaleza en los años 2006 y 2008, y un 36 % afirma que tiene previsto hacerlo en los próximos años. El potencial para este segmento del mercado turístico es alto; ¡pero las exigencias a la calidad ambiental también!
Cada una de las más de 60 ecoetiquetas en Europa exige altos estándares en la gestión de residuos. Según el EMAS Reference Document para el sector turístico, el volumen medio de basura por turista y pernoctación es de 1,06 kg de basura. Los hoteles con buena gestión reducen el volumen a 0,6 kg por turista y pernoctación. Con obtener una reducción de un 30 %, un hotel con 189 camas consigue producir 35,4 toneladas de basura menos al año.
Impresionan el ejemplo del Hotel Rafayel en Londrés de cinco estrellas y sólo 65 camas: sirviendo Agua del grifo en vez de agua en botellas, evitando producir 500.000 botellas de plástico de 200 ml, 200.000 botellas de plástico de 1 litro y 205 toneladas de cristal al año. Otro magnífico ejemplo es el Ecocamping Hohes Ufer de Schleswig Holstein (Alemania), que consiguió reducir un 73 % el volumen de basura por campista y noche en solo dos años.
El municipio de Arona en Tenerife, preocupado por su imagen como destino y a la búsqueda de la excelencia en el servicio y máximas garantías de respuesta ante el problema que la gestión de residuos pudiera representar, ha separado por contrato los servicios de limpieza y gestión de residuos del municipio, diferenciándolo claramente del de su litoral y playas.
Mientras la prevención está en buena parte en manos de las empresas turísticas, la gestión eficiente de los residuos y una cuota alta de reciclaje dependen mucho de los servicios e infraestructuras que ponen los municipios. Estos están en el marco legal y el sistema de gestión de residuos elegido a nivel nacional.
Los envases de bebidas suponen una parte importante del volumen de residuos. En España, cada día se ponen en el mercado 51 millones de envases de bebidas, de los cuales 28 millones se pierden en el medio ambiente ensuciando calles, plazas, playas y bosques o van a parar a vertederos o incineradoras; de otros 4 millones de desconoce el destino. El Sistema Integrado de Gestión (SIG) sólo recoge selectivamente aproximadamente el 35 % de los envases puestos en el mercado.
En el ámbito internacional, 40 países y regiones han implementado un sistema de depósito y retorno para envases de bebidas, para evitar que botellas de plástico y vidrio así como latas terminen en los contenedores o bolsas amarillas. Los sistemas de depósito consiguen cuotas de retorno del 75 % (Suecia) al 98,5 % (Alemania). Además, este sistema garantiza una muy alta calidad de materia prima que permite producir nuevamente envases, es la tercera opción en la jerarquía de la gestión de basura, después de prevención y reutilización.
Los sistemas de depósito y retorno para los envases de bebidas no solucionará todos los problemas relacionadas con los residuos, pero sí una parte importante. Por lo tanto es un complemento muy útil a los sistemas integrados de gestión, el “punto verde” que se encargarían de los demás residuos de envases.
La mejora de la gestión de residuos es del máximo interés para el sector del turismo en España, porque contribuye a aumentar la calidad ambiental de la oferta turística – un aspecto importante en un sector tan competitivo como es el turismo.
Por lo tanto, es urgente un modelo alternativo sostenible para la gestión de residuos en Canarias, por sus condiciones de insularidad, gran valor ecológico y la altísima carga de visitantes.
Fundación Global Nature