- El año pasado se enviaron a reciclar un 3,6% más de estos envases domésticos que en 2021, que se convirtieron en materia prima para producir nuevos productos o envases.
- Cada ciudadano colaboró separando 27,1 kg de envases en contenedores y papeleras amarillas y azules en 2022 para hacer posible su posterior reciclaje.
- El reciclaje de envases en España comenzó hace 25 años, con llegada de la ley que impulsó la recogida selectiva de estos residuos. A día de hoy, hay 632.146 contenedores amarillos y azules en los que poder reciclar, aproximadamente 1 contenedor cada 100 metros.
La contribución a la economía circular a través del reciclaje de envases sigue afianzándose en la sociedad española, consiguiendo que cada vez más envases puedan convertirse en nueva materia prima para crear, a partir de ellos, otros productos como textiles, mobiliario urbano, tuberías y nuevos envases. De hecho, en 2022 se enviaron a instalaciones recicladoras 1.627.313 toneladas de envases domésticos de plástico, metal, briks y papel y cartón para ser reciclados y darles una nueva vida, un 3,6% más con respecto al año anterior. Unos datos que Ecoembes ha dado a conocer hoy en el marco de la celebración del Día Mundial del Reciclaje, que se comunican anualmente al Ministerio de Transición Ecológica1 y con los que se consolidan los datos de envases totales reciclados -industriales, comerciales y domésticos- que España reporta a Europa2.
Por tipo de material, de las 1.627.313 de toneladas recicladas, 708.596 toneladas fueron de envases plásticos (un 4,7% más que en 2021); 666.344 correspondían a papel y cartón (+4,5%); 243.360 fueron envases metálicos (una bajada de 1,5%); y 9.012 toneladas eran envases de madera (+6,8%).
Del total de toneladas de envases reciclados, 1.205.378 procedían de los envases que los ciudadanos separaron en los contenedores amarillos y azules de la calle y en las papeleras de colores instaladas en espacios de gran afluencia de público, como parques temáticos, aeropuertos, estadios de fútbol, oficinas y bares y restaurantes. La cantidad restante se consiguió recuperar de las plantas de la fracción resto, adonde llegan todo tipo de residuos sin separar.
De hecho, la implicación ciudadana es fundamental para el proceso de reciclaje. La separación que ciudadanos y ciudadanas hacen en sus hogares y otros espacios es el primer paso de un largo proceso industrial que acaba en una instalación recicladora, que es la que convierte los residuos en nueva materia prima. Así, en 2022, cada ciudadano separó 27,1 kilos de envases plásticos, latas, briks y papel y cartón para hacer posible su reciclaje. Estos datos van en línea con los objetivos que marca la nueva legislación nacional y ambiental para mejorar la cantidad y la calidad de la separación que los ciudadanos realizan.
Por eso, y a pesar de que este hábito de separar para reciclar está muy asentado, el objetivo es que cada año los ciudadanos lo hagan más y de mejor forma. Para ello, es fundamental que cuenten con infraestructuras y servicios les facilite esta tarea, como son los 388.747 contenedores amarillos (5.239 contenedores más que en 2021) y los 243.399 azules (3.102 más) que hay en la calle, así como las más de 56.400 papeleras de colores disponibles en otros espacios.
Estas infraestructuras, junto con la puesta en circulación de los camiones que recogen los contenedores amarillos y azules, hasta el pago de operarios, el proceso de selección llevado a cabo en las 97 plantas repartidas por el país, el traslado de los residuos y las campañas de concienciación y sensibilización tuvo un coste para Ecoembes en 2022 de 705 millones de euros.
“El reciclaje es una acción cotidiana entre las familias españolas, está integrado en su día a día, y eso es un éxito. Pero debemos aspirar a más: tenemos que seguir poniéndoselo fácil al ciudadano, para que siga colaborando con la separación voluntaria de sus residuos en sus casas y cuando está en el trabajo, en la calle o en un evento deportivo, para que cada vez lo haga con menos errores y para conseguir que aquellos que no reciclan, empiecen a hacerlo. No se trata solo de cumplir los ambiciosos objetivos marcados por la legislación, que con el más de 1,6 millones de toneladas recicladas en 2022 ya damos respuesta, sino de cumplir con nuestro compromiso con el medioambiente. Vamos a seguir trabajando con ese fin, como llevamos haciendo durante 25 años, concienciando y acercando el reciclaje a los ciudadanos y ofreciendo todo nuestro saber hacer para que el ciclo del reciclaje sea lo más eficiente posible”, ha declarado Rosa Trigo, consejera delegada de Ecoembes.
Gracias al reciclaje de las más de 1,6 millones de toneladas de envases, el pasado año se ahorró el consumo de 21,46 millones de m3 de agua y de 6,72 millones de MWh de energía, además de evitar la emisión de 1,79 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.
El reciclaje de envases, un hábito que nos acompaña desde hace 25 años
Este año se cumplen 25 años desde que llegase la ley que impulsó el reciclaje de envases en España. Desde entonces, tanto el compromiso ciudadano con el hábito del reciclaje, como las infraestructuras y la implicación de las empresas han dado grandes pasos, consiguiendo que cada vez se reciclen más envases. De hecho, en 1998 las toneladas de envases recicladas fueron 43.969, una cifra muy lejana a las 1.627.313 toneladas alcanzadas en 2022, un año en el que también destaca que el 20% de los envases domésticos de plástico puestos en el mercado incorporaron material reciclado, fomentando así su circularidad.
Así, a lo largo de este cuarto de siglo, se ha hecho un gran esfuerzo por mejorar infraestructuras, como el número de contenedores -actualmente hay un contenedor cada 100 metros aproximadamente- o las plantas de selección -siendo ya 71 las plantas automatizadas que hay en el país-, así como por concienciar y enseñar a la población sobre qué depositar en cada contenedor y la importancia que para el medioambiente tiene el sencillo gesto de reciclar, siendo ya 4 de cada 5 ciudadanos los que declaran tener, de media, 3 cubos para separar sus envases, destinando uno de ellos a los del contenedor amarillo.
Aun así, a pesar de estos avances, aún hay ámbitos en los que se puede mejorar para incrementar la colaboración ciudadana con la separación de envases, en línea con las nuevas metas planteadas por la legislación nacional y europea. Por ejemplo, todavía hay ciudadanos que no separan en el contenedor amarillo envases pequeños o metálicos como latas y aerosoles, o que confunden ese contenedor con el de plásticos y depositan en él juguetes, sillas e, incluso, textiles, complicando la labor de selección llevada a cabo por las plantas de clasificación, al estar preparadas para separar únicamente envases.
Además, aún pueden darse pasos con el reciclaje de otro tipo de residuos que, hasta el momento, no han tenido una recogida separada obligatoria, tales como el textil o la materia orgánica. De hecho, los objetivos marcados en materia de reciclaje para los próximos años inciden en el aumento del reciclaje de todo tipo de residuos, sean domésticos o no. Igualmente, es necesario priorizar cada vez más la reducción y el consumo responsable y la reutilización como alternativas previas al reciclaje.