Ecologistas en Acción cuestiona el ahorro energético del cambio de hora

Ecologistas en Acción cuestiona el ahorro energético del cambio de horaEcologistas en Acción ha señalado este sábado que muchos estudios cuestionan la eficacia para ahorrar energía de los cambios horarios que se realizan cada año en primavera y otoño, según han informado fuentes de la organización ecologista en un comunicado. 

Sin embargo, los trastornos que producen estas alteraciones de los ritmos vitales de personas y animales son evidentes. Por ello, desde la organización ecologista se apuesta por campañas de ahorro y eficiencia energética que hagan ahorar energía todo el año.

En este sentido, han explicado que el cambio de hora en realidad no significa un ahorro energético. La Red Eléctrica Española (REE) estima un ahorro en el consumo eléctrico entre el 0,1 y el 0,5 por ciento, en coincidencia con el estudio holandés Research voor Beleid de 1998, realizado para la Comisión Europea.

La propia Comisión valoró el ahorro como «relativamente modesto» en el año 2000, mientras que REE lo considera no relevante y su presidente, Luis Atienza, calificó en 2008 el ahorro de insignificante.

En el lado contrario, diversos estudios estiman que el mover las agujas del reloj dos veces al año no implica necesariamente ahorro de energía. Cuando en otoño se retrasa el reloj, empresas y familias (si madrugan) necesitarán una hora menos de iluminación.

Y es que, si son negocios de horario matutino el ahorro existe, sin embargo, las familias se encontrarán con que llega la oscuridad una hora antes de lo habitual, y dado que la rutina horaria se mantiene, gastarán por la tarde esa hora de iluminación ahorrada (o no ahorrada) por la mañana.

En cuanto a las empresas y oficinas que trabajan después de las 18.00 horas tampoco habrán ahorrado, mientras que muchos comercios abren a las 10.00 y no ahorran por la mañana, pero requerirán una hora más de iluminación por la tarde, con lo que el cambio de hora les perjudica.

CALIDAD DE VIDA Y SALUD

Otro aspecto que muchas veces no se tiene en cuenta es que para los seres humanos, animales domésticos y la ganadería, el cambio de hora es una agresión al organismo, el cual debe reequilibrarse. En humanos, afecta de manera acusada a los más pequeños, más apegados a su ritmo biológico.

Para el doctor Santiago Casares Pérez, de los tres relojes existentes -el biológico, el solar y el oficial- el biológico, el del organismo, es el único reloj verdadero para nosotros. Según este doctor, debido a los cambios de hora, «se produce un incremento de casos de patología psiquiátrica, ansiedad, depresión, trastornos del sueño y la alimentación, falta de concentración, irritabilidad, fatiga crónica, problemas cardiovasculares y mayor incidencia de accidentes laborales y de tráfico».

Coincide con este diagnóstico el doctor Ricardo Ros, psicólogo experto en ansiedad y estrés, para quien los cambios de hora crean un desorden biológico, que conlleva aumento de sueño o letargo diurno, desgana, falta de energía, expectativas negativas, decaimiento y alteraciones en el apetito.

Los efectos adversos son conocidos por la Comisión Nacional de Energía, que cuenta con un estudio sobre los efectos del cambio de hora, de febrero de 1997, en el que el doctor Félix Jacob señaló que el cambio de hora generaba en las personas el denominado Síndrome General de Adaptación.

¿POR QUÉ SE MANTIENE EL CAMBIO DE HORA?

Para Ecologistas en Acción, el cambio se mantiene «por inercia, porque lleva muchos años haciéndose y gobernantes y gobernados temen los cambios. Se mantiene como tradición, como un rito».

Y es que, el Estado pone en marcha los medios informativos propios y privados para anunciar los cambios de hora dos veces al año. Sin embargo, para los Ecologistas, «si hiciera uso de esos medios para difundir programas educativos y preventivos (por ejemplo, campañas de ahorro energético temáticas y amenas) a buen seguro podrían obtenerse unos beneficios asombrosos que no se logran con el simple cambio de hora».

Por todo ello, han indicado que «cambiar de hora no produce ahorro neto económico o energético, pero sí distrae de políticas serias de ahorro. Es hora de dejar seguir su propio ritmo a nuestro organismo y empezar a desarrollar políticas serias que frenen el derroche energético».

 Fuente_EuropaPress

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