Desde el Proyecto LIBERA están ofreciendo su colaboración a las administraciones de Galicia, Asturias y Cantabria, aportando su ayuda con formaciones, materiales y apoyo en las recogidas con voluntarios como las organizadas en Asturias el pasado fin de semana. Con el objetivo de informar de la manera más completa posible a los participantes en la retirada de pellets, el Proyecto LIBERA elaboró un folleto informativo con todo detalle acerca de los microplásticos. Además, el Proyecto LIBERA también ha formado parte de las reuniones de coordinación de Galicia y Asturias.
Microplásticos y pellets, qué son y cómo afectan
Los microplásticos, que son pedacitos de plástico que no superan los 5 milímetros, pueden originarse a partir de productos plásticos de tamaño igual o mayor (denominados primarios) o surgir de la descomposición de elementos plásticos más grandes (denominados secundarios).
En cuanto a los pellets, que son diminutos gránulos de menos de cinco milímetros utilizados como materia prima en la fabricación de plásticos, resultan ser microplásticos primarios. En este caso específico, se ha observado que están compuestos mayoritariamente por polietileno, conocido como PET, un tipo de plástico ampliamente usado en la elaboración de envases alimenticios. De manera adicional, estudios de la Universidad de Vigo han confirmado la presencia de un aditivo químico empleado como estabilizador de luz ultravioleta, en concentraciones que oscilan entre el 10 y el 13%. Estamos a la espera de que las autoridades y los científicos determinen si esto posee toxicidad.
La contaminación por microplásticos afecta a todos los niveles de la cadena alimentaria marina, desde organismos planctónicos hasta grandes mamíferos. Los microplásticos pueden confundirse con alimentos, causando daños físicos, acumulación de contaminantes tóxicos y muerte por inanición en especies marinas. Además, facilitan la entrada de virus y bacterias en los organismos. Esta contaminación también altera la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas marinos, impactando la biodiversidad y la distribución de las especies. Sin ir más lejos, el año pasado casi 5.000 voluntarios retiraron 3,6 toneladas de basuraleza de entornos marítimos.