El herbicida glifosato es el pesticida detectado con mayor frecuencia en el Júcar y Tajo y el segundo en frecuencia en los ríos del País Vasco.
Ecologistas en Acción pide al Gobierno español que apoye la prohibición del glifosato en la votación del Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (ScoPAFF) el 9 de noviembre.
Ecologistas en Acción denuncia la frecuente contaminación de los ríos españoles con glifosato tras analizar los datos de los programas de control de sustancias contaminantes en aguas superficiales realizados por las confederaciones hidrográficas en 2016:
– En la cuenca del Júcar se detectó glifosato en la totalidad de las 48 muestras analizadas, en concentraciones de 0,13 a 3,6 microgramo por litro.
– En la cuenca del Tajo fue el plaguicida detectado con mayor frecuencia, al encontrarse en 263 de las 421 muestras analizadas, en concentraciones de 0,05 a 7,4 microgramos por litro.
– En los ríos del País Vasco también fue plaguicida en uso detectado con mayor frecuencia tras el insecticida clorpirifós, al estar presente en 13 de las 73 muestras analizadas en concentraciones de (0,1 a 1,68 microgramos por litro).
Muchas de las muestras superan los límites autorizados para la presencia de plaguicidas en aguas de consumo humano (0,1microgramos por litro).
Solo seis de los 10 organismos de cuenca que han facilitado datos sobre sus programas de control a Ecologistas en Acción (Tajo, Segura, Miño-Sil, Guadiana, Júcar, País Vasco) analizan la presencia de glifosato en sus aguas, a pesar de ser el herbicida más utilizado en España.
En 2015, la Agencia Internacional de Estudios sobre Cáncer clasificó al glifosato como probable cancerígeno para seres humanos. El glifosato es también un disruptor endocrino, capaz que alterar la síntesis de estrógenos en mamíferos y la señalización de las hormonas tiroideas en anfibios.
Un estudio reciente ha detectado glifosato y su metabolito (AMPA) en el 25% y 40% de los suelos analizados en España. Las concentraciones de glifosato detectadas en España (0.07-0.95 mg/kg) son de las más altas de Europa, superadas únicamente por Grecia y Portugal. Estos resultados, unidos a los datos sobre la presencia de glifosato en los ríos Júcar, Tajo y en los ríos del País Vasco, muestran que este herbicida no desaparece con facilidad del campo, como aseguran sus fabricantes, y supone un importante riesgo para la salud humana y el medio ambiente.
La preocupación sobre los efectos del glifosato ha hecho que más de un millón de personas en Europa y 86.481 en España hayan firmado la Iniciativa Ciudadana Europea Stop Glifosato pidiendo su prohibición.
El Pleno del Parlamento Europeo aprobó la semana pasada una resolución que pide la prohibición total del glifosato en un máximo de cinco años y la prohibición inmediata de los usos no profesionales, ciertos usos agrícolas y el uso en espacios públicos y patios de recreo infantiles.
Antes de final de 2017, la Unión Europea debe decidir si autoriza que se continúe utilizando este herbicida. A pesar del respaldo del Gobierno español, la propuesta de la Comisión Europea para autorizar el uso continuado del glifosato otros 10 años no ha contado con el apoyo suficiente. El próximo 9 de noviembre se realizará una nueva votación en el Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (ScoPAFF).
Ecologistas en Acción solicita al Gobierno español que tenga en cuenta los datos que muestran la importante contaminación del suelo y las aguas españolas con glifosato y se oponga a la autorización de este peligroso herbicida.
Más información: Kistiñe García, responsable de la campaña de Ecologistas en Acción