Más de una veintena de activistas de Greenpeace han cerrado a primera hora de esta mañana todos los accesos de entrada y salida del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en Atocha, Madrid. La organización lleva años pidiendo el fin de las macrogranjas por el grave problema que, entre otros muchos, supone para la contaminación de las aguas, pero el ministro supedita la calidad de ese bien vital a los intereses económicos de unos pocos. La gravedad del problema ha llevado a la organización a tomar esta decisión, ya que garantizar el agua limpia es, y debe ser, prioridad de cualquier gobierno.
Los activistas, que portan pancartas con mensajes como “Las macrogranjas están envenenando el agua” o “Tenemos poca agua, contaminada y mal gestionada”, mantendrán la protesta y la resistencia, de manera pacífica, todo el tiempo posible, hasta ver satisfecha la demanda o ser recibidos por el ministro.
Para Luís Ferreirim, responsable de agricultura y ganadería de Greenpeace España: “El futuro del planeta y del agua pasa por transformar el destructivo modelo agroalimentario y el primer paso a dar es acabar con las macrogranjas y reducir el número de animales en intensivo. Estamos supeditando tener agua limpia a unos intereses económicos cortoplacistas insostenibles.”, añade.
l próximo miércoles 22 se celebra el Día del Agua y los datos en España son más que preocupantes, principalmente el de las aguas subterráneas, nuestras reservas del futuro. Según el Plan de Acción de Aguas Subterráneas 2023-2030, presentado recientemente por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el 40% de las aguas subterráneas, claves en un contexto de cambio climático y de creciente escasez de agua, están en mal estado. Las principales causas son la sobreexplotación y la contaminación por nitratos.
La Comisión Europea ha dejado claro que la principal causa de la contaminación del agua por nitratos en la UE es la ganadería, ya que “es responsable del 81% de la aportación del nitrógeno agrícola a los sistemas acuáticos”.
Para afrontar este problema y revertir la grave contaminación del agua por nitratos, al menos desde la vertiente de la ganadería, solo hay una vía. Por un lado, frenar el avance de la ganadería industrial para que el problema no se siga agravando en el corto plazo y desarrollar un plan estratégico de ganadería que permita reducir la cabaña ganadera en intensivo en un 50% para 2030. Este es el camino que ya están siguiendo otros países con el mismo problema. Esta semana, por ejemplo, se ha conocido que la Comisión Europea ha aprobado el plan del gobierno flamenco para compensar a los ganaderos que decidan reducir la capacidad de las explotaciones porcinas o cerrarlas por completo. En España, el sector porcino es también el principal problema y, en 2022, según los datos provisionales del Ministerio de Agricultura, se sacrificaron más de 56,5 millones de cerdos. Con esta cifra, seguimos encabezando, con mucha diferencia, este lamentable ranking de la UE.
“La ciencia nos urge actuar y somos, al menos, medio millón de personas quienes exigimos el fin de las macrogranjas. Es urgente ya que el Ministro Planas nos escuche y pase a la acción” concluye Ferreirim.
uís Ferreirim | eenpeace España