El trágico conteo de linces ibéricos atropellados en las carreteras ha alcanzado niveles insoportables con la muerte de dos ejemplares esta semana. El octavo lince atropellado este año murió ayer, miércoles 28, en uno de los puntos negros identificados por WWF en carreteras competencia del Ministerio de Fomento. La organización denuncia la inacción total del Ministerio ante esta sangría, que pone en grave peligro el futuro del felino más amenazado del planeta. WWF sigue recogiendo firmas en su petición online para que ni un lince más muera atropellado, a la que se han sumado ya más de 10.000 personas.
Ayer miércoles 28 de mayo murió atropellada una joven hembra de lince en uno de los cuatro puntos negros para la especie identificados por WWF en carreteras competencia del Ministerio de Fomento, en la N-442 entre Mazagón y Huelva. La organización lleva meses pidiendo al Ministerio de Fomento que arregle estos puntos negros, identificando una serie de medidas sencillas y poco costosas con las que se frenaría el problema, como la reparación de vallados. La pasividad del Ministerio es total pese al goteo continuo de muertes del felino más amenazado del planeta.
A este atropello se suma el que se produjo este lunes 26 en una carretera del entorno de Doñana, lo que supone dos muertes en solo una semana. El 2014 es ya un año negro para el lince ibérico con 8 atropellos, y de seguir a este ritmo, se superarán las 14 muertes de 2013. WWF considera intolerable que las administraciones competentes no tomen ninguna medida ante este problema, que amenaza con tirar a la basura todos los esfuerzos y recursos invertidos en la recuperación de la especie más emblemática de la fauna ibérica. En los últimos años, se ha triplicado el número de linces muertos por esta causa.
WWF ha vuelto a reclamar a las ministras de Fomento, y de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que actúen de inmediato para frenar las muertes de linces ibéricos en las carreteras. La organización continúa con su ciberacción “Ni un lince más atropellado”, a la que se han sumado ya más de 10.000 personas. Desde que comenzó la campaña, tres linces han muerto en las carreteras ante la pasividad de las administraciones.
Guillermo Prudencio | WWF