El pasado sábado 22 de julio llegó a Lisboa la Ecomarcha 2017, la ruta ciclista organizada por Ecologistas en Acción que este año contaba con el apoyo de la organización ecologista portuguesa Quercus.
En la jornada de clausura, más de 100 personas se concentraron delante del consulado español para pedir el cierre de las centrales nucleares y para reivindicar un río Tajo vivo.
La Ecomarcha 2017 ha finalizado después de recorrer 550 km desde que salió de Navalmoral de la Mata (Extremadura) el pasado 23 de julio. Durante 15 días, un pelotón de más de 100 personas han seguido la cuenca media del río Tajo bajo el lema ’Vive el Tajo: por un río vivo y sin nucleares’. El objetivo de esta iniciativa ha sido conocer uno de los territorios más bonitos que une a los países vecinos, visibilizar y denunciar las problemáticas ambientales y sociales que sufre esta zona, así como fomentar la bicicleta como una forma de viajar sostenible y placentera.
A su llegada a Portugal, la ruta ciclista de Ecologistas en Acción se ha concentrado delante del consulado español para exigir el cierre de las centrales nucleares y para reivindicar un río Tajo vivo. Javier Andaluz, portavoz de Ecologistas en Acción, ha declarado que «volvemos al consulado de España en Lisboa para pedir el cierre de Almaraz y todas las demás centrales porque queremos un Tajo vivo sin contaminación térmica, ni radiactiva, ni tóxica. No podemos seguir desoyendo la voluntad del pueblo portugués que hace varias décadas defendió vivir sin nucleares».
La salud del río Tajo y sus afluentes ha sido otro de los temas centrales de esta edición de la Ecomarcha que también ha estado presente en las demandas hechas al consulado español en Lisboa el pasado sábado. La ruta ciclista ha constatado el mal estado de este río y ha pedido que se tomen medidas para que mejore la vegetación y fauna de la zona.
Raúl Urquiaga, portavoz de Ecologistas en Acción, ha afirmado que «desde Talavera de la Reina (Toledo) y en todo su paso por Extremadura, el Tajo no es más que una concatenación de grandes embalses que han acabado con la función ambiental del río. La gestión de estas presas responde a los intereses de las compañías hidroeléctricas, por encima de las funciones ambientales y sociales».
Pero el cierre de Almaraz, la degradación del río Tajo y los efectos de los embalses no han sido los únicos intereses de esta ruta ciclista. En cada una de las etapas se han realizado acciones reivindicativas y de denuncia sobre otros aspectos concretos en los que Ecologistas en Acción trabaja y que afectan a la región extremeña y portuguesa: la defensa del Parque Nacional de Monfragüe, la dehesa, sus riquezas y peligros, la campaña Salvemos el Suelo/People 4 Soil, la reivindicación del tren regional y convencional, la denuncia de especies invasoras en el río, la contaminación de ozono troposférico, el problema de los monocultivos y cultivos transgénicos.
Por séptimo año consecutivo, Ecologistas en Acción ha organizado esta iniciativa también para promover el uso de la bicicleta. Como explica Félix Jiménez, coordinador de la Ecomarcha 2017, «con esta experiencia promovemos una filosofía de viajar que tiene mucho que ver con la promoción y el disfrute de la bicicleta, la cooperación, la sostenibilidad, el cuidado del entorno, el conocimiento cercano de los lugares que visitamos».
El día a día de la Ecomarcha, así como las diferentes actividades que se han realizado, pueden consultarse en la página web de Ecologistas en Acción, donde se ha dispuesto un bicidiario con información y fotos de toda la ruta: www.ecologistasenaccion.org/ecomarcha
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Félix Jiménez | Ecologistas en Acción