Enrique Segovia, director de conservación de WWF España afirma: “Desde SEO/BirdLife y WWF consideramos necesario que el PEPAC preste especial atención al rediseño del pago básico. Con más de la mitad del presupuesto de los pagos directos, esta ayuda debe servir también para mejorar la viabilidad económica de las fincas en Natura 2000 y de la agricultura y ganadería de alto valor natural”.
Ana Carricondo, coordinadora de Programas de Conservación de SEO/BirdLife sostiene: “Hemos trasladado al Ministerio de Agricultura la necesidad de que en los supertrílogos se apoye una condicionalidad realmente reforzada, que promueva la rotación de cultivos, como práctica deseable desde el punto de vista agronómico pero también ambiental. Asimismo, que en dicha condicionalidad se contemple espacio mínimo suficiente para la naturaleza en los campos, de forma que los elementos del paisaje y el barbecho proporcionen alimento y refugio a la fauna silvestre que, a su vez, permite el control natural de plagas y enfermedades y un menor uso de plaguicidas”.
Por otro lado, las organizaciones han insistido en que los nuevos pagos verdes (ecoesquemas) deben promover un cambio real e incentivador en la gestión de las explotaciones. Y junto a un sistema de asesoramiento potente, se debe asegurar la provisión de bienes públicos que proporciona la ganadería extensiva, la rotación de cultivos, las cubiertas vivas en leñosos y la recuperación de los elementos del paisaje en toda la superficie agraria. No deben tener cabida, señalan ambas entidades, ecoesquemas que perpetúen el empleo de agroquímicos con impacto ambiental o sobre la salud de las personas, como sería el de agricultura de conservación. Y se debe mostrar apoyo suficiente a la producción ecológica, tanto con las ayudas directas como con las de desarrollo rural.
SEO/BirdLife y WWF han expresado también su preocupación por el destino de gran parte de los fondos agrarios del Plan de Recuperación Económica, Transformación y Resiliencia, en concreto las inversiones en modernización de regadíos (más de 500 millones de euros de inversión pública). Si no contribuyen a un ahorro real de agua en las fincas, que asegure el buen estado de ríos y acuíferos, tan sólo servirán para intensificar aún más la actividad agrícola, poniéndola en riesgo ante el impacto del cambio climático.
Por último, señalan la necesidad de una nueva hoja de ruta construida conjuntamente con las organizaciones de la sociedad civil (agrarias, ambientales, de desarrollo rural, etc.) para trazar conjuntamente el futuro del sector agroalimentario en España a 2050. Las Estrategias Europeas del Campo a la Mesa y Biodiversidad 2030 indican parte del camino, deben ser vinculantes en el PEPAC y alcanzarse sus objetivos solidariamente entre todas las comunidades autónomas, pero hay mucho más que avanzar en la transición agroecológica hacia Sistemas Alimentarios Sostenibles y Resilientes y sólo se podrá lograr con el consenso y compromiso de todos los interesados, con visión de futuro y más allá de la PAC.