Ante la consulta pública lanzada por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) respecto de la futura ley sobre deforestación inducida por la importación de materias primas, las organizaciones Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace España, Mighty Earth, SEO/BirdLife y WWF hacen un llamamiento a las empresas, sindicatos y asociaciones de consumidoras y consumidores, para participar en dicha consulta pública y reclamar una ley ambiciosa que frene la escalada de destrucción ambiental provocada por la expansión del sector agropecuario en los ecosistemas del planeta.(1)
La UE, debido a sus importaciones de productos agrícolas y ganaderos, es actualmente el segundo mayor responsable mundial de la deforestación tropical, solo superado por China. España sería, dentro de la UE, el tercer país europeo con mayor responsabilidad en este problema.(2)
“La futura ley debe garantizar a la ciudadanía europea que lo que hay en su cesta de la compra no está relacionado con la destrucción de la naturaleza o el abuso de los derechos humanos”, han declarado los firmantes. “Pero no podemos quedarnos mirando nuestro plato y nuestro ombligo. Para cumplir con el Acuerdo de París, los Objetivos de Desarrollo Sostenible o la Declaración Universal de los Derechos Humanos son necesarias políticas que sean coherentes con esos compromisos, aunque afecten a nuestro insostenible modelo productivo”.
El pasado 17 de noviembre la Comisión Europea presentó una propuesta legislativa para evitar la deforestación y la degradación de los bosques causada por la importación de productos agrícolas y ganaderos por los países de la UE. El proyecto de ley exigiría por primera vez que las empresas que venden determinadas materias primas en el mercado de la UE rastreen su origen y demuestren que no están vinculadas a la destrucción o degradación de los bosques.
Esta legislación obligará a las empresas a disponer de mecanismos para aplicar el Deber de Vigilancia (o Debida Diligencia) para minimizar los riesgos en sus operaciones de importación de soja, aceite de palma, cacao, café, carne de vacuno y madera, así como algunos de sus productos derivados. Una vez presentada la propuesta por parte de la Comisión, el próximo mes de febrero darán comienzo las negociaciones en el Parlamento Europeo y entre ministras y ministros de los Estados miembro. Se espera que sea la comisión de medio ambiente en el Parlamento Europea donde se tome la iniciativa a la hora de analizar el texto presentado.(3)
En relación con esta propuesta, el Gobierno español ha decidido in extremis (se comunicó el pasado 30 de diciembre) elaborar el Estudio de Impacto de la Propuesta Legislativa Europea en España. Y para la elaboración de este estudio es preciso establecer un proceso de participación pública para que la ciudadanía, grupos de interés, asociaciones empresariales y sindicales, expertas y expertos, o cualquier sector que se considere afectado por la propuesta legislativa, puedan expresar su opinión.
Para las organizaciones ecologistas, “el mercado europeo es uno de los más grandes del mundo, por lo que estamos ante una oportunidad única para que la UE lidere la lucha contra la deforestación inducida por la producción y comercio de materias primas como la soja. Es el momento de la valentía y la ambición y no de rebajar los requerimientos, algo que seguiría dejando en situación de vulnerabilidad a algunos de los ecosistemas vitales en muchas partes del mundo y a las comunidades que viven en su entorno”.
Las importaciones españolas de soja y la deforestación
La deforestación causada por la expansión del cultivo de soja en algunos países de América del Sur es uno de los aspectos cruciales que deben ser abordados por la ley que ahora ha presentado la Comisión Europea, ya que la UE es altamente dependiente de la importación de ingentes cantidades de soja para alimentar a la ganadería industrial.
La expansión del cultivo de soja en Brasil o Argentina no solo está relacionado con la deforestación, también con el acaparamiento de tierras, la invasión de territorios indígenas y otras violaciones de derechos humanos. Esta rápida expansión se ha producido a expensas de algunos de los ecosistemas con mayor biodiversidad en la Tierra, incluidos los bosques del Amazonas, el Cerrado y el Gran Chaco en América del Sur, y está contribuyendo a la crisis climática y de salud pública.
La expansión de este cultivo ha cambiado el uso del suelo de amplias superficies que antes eran ecosistemas o fueron utilizados para la producción de alimentos a pequeña escala. De este modo, muchas poblaciones campesinas e indígenas han sido desplazadas forzosamente de su territorio y obligadas a buscar otras tierras para sobrevivir.
Dentro de la UE, España destaca en cuanto a importación de soja y fabricación de piensos. En 2019, importó 2,4 millones de toneladas de soja brasileña, principalmente del estado de Mato Grosso y la región de Matopiba, ubicados en el bioma del Cerrado. Estas zonas son puntos calientes de biodiversidad devastados por la deforestación. Según datos del IDH (Sustainable Trade Initiative) referidos a 2019, tan solo el 1 % de las importaciones españolas de soja estaba certificada bajo el estándar del RSPO.
El 87 % de la soja importada por la UE se destina a la producción de piensos para la alimentación de ganado. Y España es, dentro de la UE, el líder en la producción de piensos, produciendo 34,5 millones de toneladas de piensos animales en más de 850 fábricas. Por este motivo, España es un punto estratégico para empresas que importan soja desde el continente americano para luego comercializar los subproductos (torta de soja y aceite) en el resto de Europa.
A partir de la soja importada se producen grandes cantidades de piensos que se destinan a la producción ganadera industrial orientada en gran medida a la exportación a terceros países de carne, derivados y subproductos animales, junto a animales vivos. Las importaciones de soja para la alimentación de la ganadería industrial son el principal motor de la deforestación inducida por el sistema agroalimentario español. (4) (5) (6)
Desde las organizaciones ecologistas se está contactando con sectores económicos y sociales para aumentar el rango de actores e intereses en esta consulta, para lo cual han elaborado una guía dirigida a facilitar la contestación del cuestionario.